Investigadores del Centro de Regulación Genómica en Barcelona han desarrollado un nuevo método para identificar sistemáticamente genes que contribuyen al riesgo de sufrir cáncer hereditario. Su trabajo, publicado en Nature Communications, es un caso de éxito sobre apertura, transparencia e intercambio de datos en ciencia.
Una investigación llevada a cabo por expertos de varios centros catalanes supone un nuevo avance sobre las bases genéticas del comportamiento agresivo en la especie humana. El trabajo también revela una base genética compartida entre la agresividad de niños y adultos y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, y entre la agresividad en adultos y la depresión severa.
Unos fragmentos pequeños de ARN se han revelado como factores reguladores en un mecanismo de control de la virulencia de la salmonela, una bacteria patógena que es el agente causante de una de las gastroenteritis bacterianas con mayor incidencia. El estudio ha sido liderado por la Universidad de Barcelona.
Un equipo internacional de investigadores ha conseguido secuenciar el ensamblaje de genomas más completo hasta ahora, sin necesidad de utilizar ‘rellenos’ humanos, como en los intentos anteriores. El resultado es una secuenciación que aporta una visión más clara de las diferencias genéticas que surgieron cuando los humanos divergieron de otros primates.
Un nuevo estudio ha identificado centenares de fragmentos del genoma sin función aparente, pero que tienen capacidad para generar nuevas proteínas y, potencialmente, convertirse en nuevos genes. El trabajo, publicado la revista Nature Ecology and Evolution, ha permitido identificar mediante técnicas de secuenciación masiva una gran cantidad de proteínas nuevas en el genoma del ratón.
Un estudio internacional liderado por españoles ha desvelado que el origen evolutivo de las extremidades de los vertebrados está en la aleta dorsal de los peces. El trabajo relaciona la evolución con el gen Shh y abre nuevas vías de investigación en la malformación congénita de estas estructuras.
Un estudio en el que participa la Universidad de Granada ha determinado que gran parte del origen genético de la población de la península ibérica se debe a la influencia de una ruta migratoria prehistóricaprocedente de la actual Turquía, que llegó hace menos de 8.000 años desde el norte del Mediterráneo.
Hace 10.000 años los humanos empezaron a moldear a los animales salvajes para explotarlos. Como resultado hoy tenemos cabras y ovejas. Aunque ambas especies han seguido procesos independientes de modificación genética, un equipo de científicos revela que tomaron sendas evolutivas parecidas. El trabajo explica el “síndrome de la domesticación”: diferentes especies domésticas comparten caracteres similares.
A pesar de la diferencia de funciones celulares para que se origine un tumor o para que este haga metástasis, algunos genes pueden promover ambos fenómenos. Así lo demuestran estudios con la mosca Drosophila melanogaster realizados en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona. Los resultados del trabajo indican que algunos tumores pueden así llevar incorporada la capacidad matastásica desde el principio.
Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas muestra cómo la eliminación mediante manipulación genética de una proteína provoca la regresión de tumores de pulmón avanzados en ratones. Además, los autores han comprobado que los efectos tóxicos son muy tolerables. Esto supone una vía para el desarrollo de terapias contra cánceres para los que aún no existen fármacos selectivos.