La intensa rotación ciclónica en niveles altos de la atmósfera, alimentada por chorros de aire de más de 120 nudos, marcó el inicio de una secuencia atmosférica que desembocó en la dana más devastadora de la historia reciente en España. El análisis de la Aemet permite reconstruir cómo se gestó el fenómeno que dejó 237 víctimas mortales.
Los valores de precipitación se encuentran en la media de invierno en Doñana. La marisma presenta una lámina de agua extensa y aceptable, con alrededor de 16.000 ha inundadas, aunque poco profunda para estas fechas.
Un estudio internacional ha demostrado que la lluvia fue un factor clave que favoreció el asentamiento de nuestra especie en nuevos territorios. En el trabajo, liderado por científicos Chinos, ha participado el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos.
Un estudio del CSIC sobre datos recopilados en Barcelona relaciona la acumulación de agua estancada en el sistema de saneamiento y en fuentes con un mayor número de estos insectos en áreas urbanas.
El informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus ha registrado el verano más cálido hasta la fecha. Los expertos alertan de que Europa debe adaptarse a las condiciones climáticas actuales, marcadas por el estrés hídrico y el deshielo.
Sin precipitaciones la nubosidad disminuye, lo que provoca más radiación solar de día y más heladas de noche. Este es el cóctel que confunde a las plantas con el comienzo de la primavera. Según un nuevo estudio, la ausencia de lluvias que se prevé este siglo puede hacer avanzar esta estación entre 1,2 y 2,2 días por década.
Los huracanes y tifones tardan mucho más en avanzar y desplazarse de un lugar a otro del planeta. Un nuevo estudio publicado en Nature confirma que el movimiento de los ciclones tropicales se ha desacelerado y estos han disminuido un 10% entre 1949 y 2016. Como consecuencia, las lluvias locales podrían duplicarse, así como el impacto por inundaciones.
Un equipo internacional liderado por un investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha demostrado que los sapos son capaces de detectar vibraciones de baja frecuencia. El estudio pone de manifiesto que los sapos tienen órganos especiales en el oído interno que les ayudan a saber cuándo pueden salir de sus refugios.