Los babuinos de Guinea, protagonistas esta semana del Cienciaalobestia, viven en comunidades sociales muy organizadas. Un nuevo estudio muestra que los machos de esta especie se relacionan más con las hembras cuando están activos reproductivamente. En cambio, de jóvenes y en la vejez invierten más tiempo en relacionarse con otros machos.
Los machos más viejos suelen ser objeto de la caza furtiva. Cuando faltan en el grupo, el resto de machos es más propenso a volverse agresivo, incluso contra objetivos como ganado, vehículos y otras especies. La razón, según un nuevo estudio, es que los ejemplares más experimentados, protagonistas del #Cienciaalobestia, tranquilizan a los machos más jóvenes e inseguros.
Tras monitorizar a un grupo de pequeños crustáceos, protagonistas del #Cienciaalobestia, en un puerto del sureste de Reino Unido, un equipo de científicos descubrió que estos invertebrados tenían hasta el 70 % menos de esperma que en zonas menos contaminadas. El trabajo mostró también que en el área de estudio los individuos eran seis veces menos numerosos por metro cuadrado que los que vivían en aguas limpias.
Las relaciones con el sexo opuesto van más allá de la reproducción en el reino animal. En el caso de los babuinos, protagonistas del #Cienciaalobestia, los machos que establecen lazos sociales con hembras tienen una vida más larga.
Los rasgos de estos pequeños peces han fascinado a los científicos durante siglos. Además de sus “cuatro ojos” y la capacidad de dar a luz a crías ya desarrolladas, como los mamíferos, estos animales de agua dulce, protagonistas del #Cienciaalobestia, presentan unos genitales asimétricos, muy probablemente fruto del azar.
La descendencia de los machos que tienen muchos competidores para aparearse y convertirse en padres presenta más mutaciones dañinas en su ADN que las crías de machos sin rivales. Sin embargo, el efecto de este fenómeno a largo plazo podría ser la clave de la variabilidad genómica.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales han descrito cómo los machos de herrerillo común con polluelos fuera de la pareja mantienen, o incluso mejoran, la coloración de su plumaje para la siguiente temporada reproductiva. Sin embargo, este comportamiento les hace tener más parásitos.
Los enlaces de pareja en mamíferos son muy raros, pero los titís cobrizos de América del Sur, protagonistas de #Cienciaalobestia, viven emparejados toda su vida. Científicos alemanes han indagado en esta relación y revelan que los padres son los responsables de cuidar a las crías, mientras que las madres se encargan de mantener el vínculo con su pareja.
Las abejas reina sin aguijón, productoras de miel en las regiones subtropicales de América y protagonistas de #Cienciaalobestia, solo pueden aparearse con un mismo macho a lo largo de su vida, a riesgo de ser ejecutadas por las abejas obreras. La colonia pretende así asegurar la calidad de la descendencia con el nacimiento de hembras obreras en lugar de machos diploides, inútiles para el grupo.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales han descubierto cómo los espermatozoides de diferentes especies de roedores optimizan la velocidad de natación en función de la energía de la que disponen. Para alcanzar sus objetivos, los espermatozoides generan energía y la forma en la que la utilizan podría determinar el tiempo que sobrevivirán y la distancia que podrán recorrer.