Allí donde la deforestación aún no ha hecho mella, la caza merma las especies de mamíferos de las selvas tropicales. Un equipo de científicos ha estimado por primera vez el impacto de la caza y muestra que esta actividad reduce en un 40% las poblaciones de grandes mamíferos en los trópicos.
Un estudio ha empleado un nuevo método matemático para mostrar cómo se originaron las extremidades de vertebrados terrestres, como mamíferos y reptiles, a partir de las aletas de los peces, basándose en el análisis de las articulaciones que unen los huesos y usando herramientas de la teoría de redes. Los científicos demuestran que la mayor modularidad de las extremidades frente a las aletas permitió muchas especializaciones posteriores, incluyendo la diferenciación de las manos y los pies.
Investigadores de la Universidad de Málaga han estudiado la distribución de los mamíferos terrestres en la España peninsular, comprobando que su diversidad es mayor en los parques nacionales montañosos del norte de España, por la presencia de más especies y de zonas favorables para su reproducción.
El nacimiento de un mamífero queda reflejado en la estructura de sus huesos largos formando una línea neonatal, de forma similar a cómo los anillos concéntricos de los troncos de los árboles muestran diferentes etapas de su crecimiento. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por dos investigadoras del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont que han analizado fémures, tibias y metápodos de cebra y asnos salvajes. Los resultados podrían extrapolarse a otros vertebrados.
A través de un dispositivo GPS, un equipo de investigadores ha seguido los pasos de diferentes especies de mamíferos, a escala global, en paisajes modificados por los humanos. Tras dos meses de rastreo por animal, sus resultados indican que cuando los entornos están modificados los mamíferos suelen recorrer distancias dos o tres veces más cortas que en su hábitat natural. Este hecho tiene consecuencias en la conservación de los ecosistemas y en las redes alimentarias.
Un mes después del incendio en el Parque Natural de Doñana en Huelva, la organización SEO/BirdLife revela en un informe que la pérdida de biodiversidad ha afectado a los 38 mamíferos característicos del parque como el lince ibérico, y a más de 70 especies de aves como el águila imperial ibérica. Además, se han visto afectadas 40 clases de plantas, algunas cuya supervivencia se ve gravemente amenazada tras el incendio.
El ébola, el VIH y el síndrome respiratorio agudo y grave son algunas de las enfermedades que pueden transmitir animales como murciélagos, primates y roedores a los humanos. Un nuevo estudio identifica los factores que influyen en este traspaso vírico y presenta mapas de localizaciones donde los mamíferos podrían generar nuevas amenazas para la salud de las personas en el futuro.
En la Reserva Ecológica Arenillas, el último remanente de bosque seco continuo en el sur del Ecuador, algunas especies de mamíferos como el ciervo o el puma están en peligro. La conservación de estos animales, que en muchas áreas de bosque seco ya no existen, depende del nivel de conexión de esta reserva con otras poblaciones. Así lo advierte en un estudio un equipo de científicos con participación española.
Devastadoras sequías y lluvias torrenciales que generaron enérgicas corrientes de sedimentos son las responsables de que hoy en Somosaguas (Madrid) exista un yacimiento paleontológico. Un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha averiguado cómo se formó la zona norte del depósito de fósiles, del que los paleontólogos ya han extraído alrededor de 6.600 restos de mamíferos como rinocerontes, caballos o ciervos primitivos.
Primates, murciélagos, roedores, ganado e incluso carnívoros son algunos de los mamíferos que transportan bacterias, virus y parásitos susceptibles de ser transmitidos a las personas. Para poder prevenir la propagación de estas infecciones, un equipo de científicos ha creado una serie de mapas en los que se aprecia un mayor número de enfermedades transmitidas a los humanos en zonas templadas que en los trópicos, a pesar de su mayor biodiversidad.