Las zonas profundas de los lagos de Banyoles, en Gerona, son ricas en azufre y hierro y están dominadas por bacterias, condiciones similares a las de los océanos al inicio de la vida en la Tierra, según muestra una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Los científicos aseguran que los resultados ayudarán a predecir el comportamiento de los océanos en futuros escenarios del cambio climático.
Un punto denominado María Elena en el desierto de Atacama, al norte de Chile, es el lugar más seco del mundo, según un nuevo estudio. Las características de este enclave son análogas a las de Marte, pero los científicos han hallado allí nuevas especies de bacterias, empujando la frontera de las condiciones mínimas necesarias para la vida y abriendo nuevas posibilidades en el campo de la astrobiología.
Un equipo de investigadores ha identificado diferencias en las poblaciones microbianas intestinales de pacientes con lupus. Entre 40.000 y 50.000 personas sufren esta enfermedad en España. Se trata de una patología autoinmune crónica que puede dañar diversos órganos y tejidos.
Muestra de microbiota de heces humanas. / CSIC
Un equipo de investigación con participación española ha demostrado la capacidad de adaptación de las comunidades microbianas del suelo al cambio climático y ha puesto las bases para comenzar su clasificación ecológica. Estas comunidades tienen un papel clave en las emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2) ya que su respiración produce, aproximadamente, cinco veces más CO2 que todas las actividades humanas juntas.
Investigadores de la Universidad de Sevilla han caracterizado una nueva especie de microorganismo: Spiribacter salinus. El nombre hace referencia a su forma espiral y a su afinidad por ambientes halófilos intermedios.
Van Leeuwenhoek sienta las bases de la microbiología experimental
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) han identificado la existencia de una segunda apertura al exterior en la Cueva de Altamira (Cantabria). El estudio arroja luz sobre la dinámica atmosférica de la cueva y es esencial para diseñar medidas más eficaces para la conservación de las pinturas y grabados del Paleolítico superior.
Un estudio liderado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales revela los microorganismos que viven dentro de las rocas de los ambientes hiperáridos. Para encontrar vida en estas áreas, hay que recurrir a los microambientes endolíticos, los hábitats localizados en los poros y fisuras del interior de las rocas.