El pediatra especializado en cáncer infantil se dio cuenta al poco de empezar la pandemia que el coronavirus amenazaba años de trabajo dedicado a mejorar la atención de estos pacientes en países con recursos limitados. Acaba de publicar un estudio que pone de manifiesto la magnitud del problema.
Las mascotas, en especial los perros, aportan incontables beneficios terapéuticos a niños y jóvenes, como reducir su ansiedad y aumentar la sensación de bienestar. Pero allí donde los animales no pueden cumplir esa función, en ambientes hospitalarios o cuando existen problemas de alergias, los robots biomiméticos se convierten en compañeros de los más pequeños.
En España desde hace años se separa a los hijos de partos múltiples en las escuelas. La Comunidad de Madrid publicó una norma que cambia esta práctica para juntar a estos hermanos en grupos burbuja, por la pandemia. Los estudios disponibles no permiten concluir que sea más recomendable una elección u otra. Los expertos piden que se trate caso por caso.
En general, los niños y niñas se enferman del nuevo coronavirus con menos frecuencia que los adultos, aunque algunos han sufrido la infección de forma grave. La revista Jama Pediatrics publica esta semana un estudio que resume el conocimiento actual sobre el SARS-CoV-2 en los más pequeños.
Hay ya más de 190 proyectos de vacuna contra el coronavirus en el mundo, pero nadie está aún desarrollando una inmunización para niños. ¿Cuáles son las razones?
Un trabajo, realizado en un modelo de ratón, describe una posible terapia a partir de suplementos de magnesio contra la progeria, una enfermedad rara caracterizada por un envejecimiento acelerado en los niños que la padecen.
Una investigación realizada en ratones podría contribuir a desarrollar herramientas para evitar que los niños con susceptibilidad genética desarrollen leucemia. Se requieren estudios a gran escala para determinar si una modificación de su microbioma puede convertirse en una estrategia exitosa.
Esta especialista, codirectora del primer estudio multinacional europeo que abordó el efecto de la covid-19 en niños, asegura que todo apunta a que estos no son grandes transmisores silenciosos de la pandemia. Sobre la vuelta al cole es tajante: “Deben socializar con sus iguales; además para muchos el colegio es un lugar de cuidados que no tienen en otros lugares”.
En los siete meses de pandemia, pese a la falta de pruebas, los menores han sido considerados supercontagiadores. Estudios recientes han reactivado esta idea al detectar en ellos altas concentraciones de SARS-CoV-2. Sin embargo, esto no es sinónimo de una gran capacidad infectiva, explican los expertos.
Un estudio liderado por el Hospital Vall d’Hebron revela que la transmisión del SARS-CoV-2 de los menores de edad con covid-19 a los adultos con quienes conviven es baja. El trabajo se ha hecho a partir de 163 pacientes pediátricos, todos los que tuvieron un diagnóstico confirmado de la enfermedad durante el confinamiento.