Los resultados de un estudio, liderado por ISGlobal, muestran que el O3 procedente de fuera de las propias fronteras nacionales contribuyó al 88,3 % de las muertes atribuibles a este contaminante en 35 países europeos. Los autores señalan que los efectos perniciosos de este contaminante se están agravando por el calentamiento global.