¿Cómo se comunican las plantas? ¿Son seres inteligentes? ¿Tienen vida social? ¿Colaboran altruistamente con otras de su misma especie? Stefano Mancuso, el neurobiólogo que más las ha estudiado, nos abre la puerta al mundo secreto y desconocido de un reino que ha permanecido invisible mucho tiempo, a pesar de proporcionarnos oxígeno, comida, energía y medicamentos: el vegetal.
Investigadores de la Universidad de Sevilla han comprobado cómo el mirto y el lentisco, dos arbustos mediterráneos comunes, son fecundados por distintas plantas ‘padre’ para una mayor proliferación de la especie. Los ensayos realizados han confirmado que este hecho, además, contribuye a mejorar sus capacidades para subsistir.
Tradición, saber popular e investigación aplicada a la biodiversidad vegetal son las referencias del progreso del conocimiento en la etnobotánica, una ciencia que estudia la relación entre las poblaciones humanas y su entorno vegetal, un concepto introducido en un estudio con participación española sobre el patrimonio natural y cultural del mundo de las plantas.
Para los agricultores uno de los aspectos fundamentales para mejorar el rendimiento de sus cultivos es el patrón de ramificación de las plantas. Un estudio español ha permitido identificar varios genes que regulan la formación de nuevas ramas en función de la luz ambiental. Según los científicos, conocer estos procesos moleculares en detalle es importante para desarrollar métodos de control del crecimiento de las plantas y optimizar la producción agrícola.
El aislamiento de las islas oceánicas como las Galápagos impide que lleguen los grandes mamíferos, que dispersan las semillas de muchas plantas a través de su ingesta. En su ausencia, aves, tortugas, lagartos e iguanas de tierra son los que cumplen esta labor. Hasta ahora no se había explorado el trabajo que desempeñan estas últimas con al menos diez especies de plantas.
Conocer las posibilidades de transformación de plantas anuales en perennes permitiría que los cereales templados anuales, como el trigo, la cebada o el centeno, puedan desarrollarse durante más años, disminuyendo las tareas de siembra y economizando los costes de su cultivo. Un equipo internacional profundiza en los mecanismos que regulan el cambio de plantas anuales a perennes así como en la tolerancia al estrés.
Una correcta división celular meiótica resulta fundamental para la formación de los gametos. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han comprobado en una planta cómo un tipo de proteína argonauta resulta clave para que esta división se realice correctamente.
Las plantas pueden crecer más rápido a medida que aumentan las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, pero solo si tienen suficiente nitrógeno o si se asocian con hongos que las ayudan a conseguirlo, según una nueva investigación publicada en la revista Science, liderada por un español en Londres.
Científicos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid han estudiado los procesos que determinan el patrón espacial de las plantas de alta montaña para conocer la dinámica de sus poblaciones. El equipo ya había demostrado que las modificaciones de precipitación y temperatura derivadas del cambio climático están poniendo en peligro las poblaciones algunas plantas perennes en la Sierra de Guadarrama, que forma parte de una comunidad de prados de alta montaña protegida por de la Directiva de Hábitats.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han identificado los mecanismos moleculares que controlan la huida de la luz de las raíces y el papel de los flavonoles en la integración de las señales hormonales y especies reactivas de oxígeno para el control del balance entre proliferación y diferenciación celular.