Un nuevo estudio revela que casi 600 familias de genes presentes en las plantas modernas proceden en realidad de microbios y virus. El trabajo sugiere que la transferencia horizontal de genes, un proceso más común en bacterias y que consiste en el intercambio genético entre especies diferentes, permitió que las especies vegetales se adaptaran a entornos drásticamente diferentes, como cuando pasaron del agua a la tierra.
Investigadoras del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas han publicado la descripción más precisa sobre los cambios que determinan la parada de la producción de flores y frutos en plantas con un único episodio reproductivo.
La aplicación en el agua de riego de compuestos volátiles obtenidos desde cultivos de microorganismos mejora la producción de las plantas y estimula la microbiota beneficiosa del suelo. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigación tras realizar ensayos con plantas de un cultivo de interés agronómico (el pimiento), en condiciones de invernadero y de campo abierto.
Combinando modelos matemáticos y biología vegetal, científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (UPV-CSIC) y otros centros internacionales han descubierto que estas peculiares coliflores son brotes programados para convertirse en flores, pero que nunca alcanzan su objetivo. En cambio, se convierten en tallos, que a su vez siguen intentando producir flores.
Las aves migratorias contribuyen a diseminar semillas de plantas a larga distancia, pero la mayoría de árboles y arbustos europeos son esparcidos por latitudes más cálidas al sur, que pronto sufrirán mayores aumentos de temperatura debido a la crisis climática.
Las praderas de posidonia muestran lesiones graves y permanentes en sus órganos sensoriales cuando se exponen a sonidos de origen antropogénico, hecho que amenaza su supervivencia.
Hace 35 millones de años, un gen de autodefensa pasó de un vegetal a una mosca, lo que ahora le permite ser una plaga inmune a pesticidas naturales. Este paso de ADN no a los descendientes, sino a compañeros del entorno, es el primer caso de transferencia genética horizontal que se observa entre un vegetal y un animal complejo, y que funciona.
Un grupo de botánicos participa en un proyecto de biodiversidad que recorrerá calles, parques y zonas periurbanas de Madrid capital para identificar plantas silvestres que, a pesar de la fuerte urbanización de la ciudad, consiguen vivir. Entre las primeras novedades botánicas están la chicoreta (Centaurea pullata) y los guisantes pintados (Lathyrus clymenum).
La tropical alga caulerpa, la australiana acacia negra o el americano jacinto de agua, entre otros, son especies invasoras en Europa que comparten patrones biológicos como la abundancia, la extensión geográfica y la amplitud del hábitat, fundamentales para entender su éxito. Así lo revela un estudio internacional con participación del Real Jardín Botánico de Madrid.
Una investigación revela que las plantas que evitan las zonas sombrías y prefieren espacios abiertos, se anticipan a la falta de luz y modifican su crecimiento para aclimatarse y prosperar. El estudio, liderado por investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, permitirá optimizar cultivos en invernaderos, entre otras aplicaciones.