La mordedura de las serpientes venenosas puede causar la interrupción del flujo sanguíneo por coagulación y provocar daños degenerativos en órganos y tejidos para los que el antiveneno a veces llega tarde. Unos científicos han creado en ratones un tratamiento terapéutico prehospitalario, basado en compuestos químicos denominados quelantes metálicos, para proteger de los efectos del veneno.