La aparición de un nuevo fósil en Nova Olinda (Brasil) confirma que, en su origen, las serpientes tenían cuatro extremidades –dos anteriores y dos posteriores– con dedos. Tetrapodophis amplectus vivió durante el Cretácico Inferior (hace entre 146 y 100 millones de años) en las madrigueras del antiguo bloque continental llamado Gondwana.
Ilustración de la serpiente primitiva en la que aparecen sus extremidades inferiores. / BMC Evolutionary Biology
La serpiente primitiva probablemente era nocturna y depredadora silenciosa de vertebrados e invertebrados. Habitaba en los medios terrestres y contaba con una extremidad inferior formada por un par de patas con tobillos y pies con pequeños dedos. Así la describen científicos estadounidenses que han analizado 73 especies de serpientes y lagartos, vivos y extintos, para realizar un árbol genealógico completo que se remonta al primer antepasado de las serpientes.
Hasta ahora los científicos databan el origen de las serpientes en hace 100 millones de años, pero el hallazgo de cuatro nuevas especies fósiles procedentes de Reino Unido, Portugal y EE UU demuestra que estos reptiles son aún más viejos. El trabajo describe los fósiles de serpiente más antiguos conocidos hasta la fecha, que datan de hace entre 167 a 143 millones de años, es decir casi 70 millones de años antes de lo que se creía.
Paleorreconstrucción de una serpiente del Jurásico al Cretácico Inferior. / Julius Csotonyi
Una hipótesis científica afirma que humanos y otros primates han desarrollado a lo largo de su evolución una capacidad para detectar serpientes que ha sido importante para su supervivencia. Experimentos psicológicos indican ahora que el Homo sapiens es muy sensible a su presencia, mucho más que a la de otros animales que suelen dar miedo, como las arañas.
Los investigadores implementan el sidewinding en robots para que repten sobre la arena sin hundirse. / Nico Zevallos y Chaochui Gong
Mediante la observación de las cobras que viven en el desierto, un grupo de investigadores ha conseguido entender cómo son capaces de ascender por terrenos arenosos tan inestables e inclinados sin hundirse. Esta técnica, conocida como sidewinding, se ha incorporado a robots que ya son capaces de emular el movimiento de los reptiles.
El mismo meteorito que acabó con los dinosaurios provocó también la extinción de las lagartijas y serpientes y una modificación total del ecosistema. Un estudio de las universidades de Yale y Harvard explica que el 83% de estos reptiles desaparecieron tras el impacto, entre ellos la lagartija Obamadon gracilis, recientemente identificada.