Dormir a pierna suelta cuenta desde hoy con un beneficio más. Un nuevo estudio realizado en ratones revela que durante el sueño el cerebro elimina ciertos residuos que acumula durante el día. Este hallazgo podría mejorar la comprensión de los efectos biológicos del sueño y apuntar nuevas formas de tratar los trastornos neurológicos.
Durante la hibernación, el lémur enano (Cheirogaleus medius), no realiza la fase no-REM del sueño. / Mackenzie Wing
Si una persona toma una lección de piano y se va a dormir, cuando se despierta sus dedos tocan mejor la secuencia de notas. ¿Cómo consigue el cerebro marcar esta diferencia a través del sueño? Esto es lo que ha investigado un equipo internacional de científicos que explica lo que ocurre en el cerebro en las horas de descanso cuando se afianza el aprendizaje motor.
Una mutación en la enzima caseína quinasa, que altera los patrones de sueño, también causa cambios en la actividad cerebral, lo que puede desencadenar procesos migrañosos. El hallazgo, publicado en la revista Science Traslational Medicine, podría ayudar en el tratamiento de estos intensos dolores de cabeza.
Investigadores de universidades alemanas han demostrado que la reproducción de sonidos sincronizados con el ritmo de las oscilaciones cerebrales lentas, en la fase del sueño profundo, ayuda a mejorar la calidad del sueño y aumenta la memoria de las personas que duermen.
Siete de cada diez ancianos que viven en residencias tienen problemas patológicos para conciliar el sueño, lo que les hace ser menos independientes y tener peores relaciones sociales que los mayores con buenos valores de descanso. Además, el 64% de los mayores clasificados como “malos dormidores” consumen somníferos de manera regular.
Expertos del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria recuerdan que es normal que se presenten pequeñas alteraciones en el reloj biológico como fatiga, cansancio y somnolencia al contar con más horas de luz, pues se desincronizan los ritmos internos con los ambientales y la fabricación de hormonas vinculadas con los ciclos de vigilia y sueño -como cortisol y melatonina- se ve afectada por este desfase horario.
Las personas con hipersomnia tienen una molécula en el fluido cerebroespinal que podría ser la base para explicar su exceso de sueño. La revista Science Translational Medicine publica esta semana un estudio que demuestra cómo utilizando flumazenil –un fármaco contrario a la anestesia– es posible acabar con la sensación de somnolencia.
Los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo han provocado que la obesidad se convierta en la causa principal de apnea en niños, un trastorno tradicionalmente vinculado al aumento del tamaño de las vegetaciones y las anginas.
Como buena matemática, a Clara Grima (Sevilla, 1971) le fascina el tempo de este libro de Javier Reverte, El sueño de África. Desde el primer momento, quedó atrapada entre sus páginas y con ganas de conocer el África negra. Soñadora incansable, uno de sus mayores anhelos es conseguir que las matemáticas iluminen nuestras vidas.