Investigadores de la Universidad de Valladolid y otros centros internacionales han desarrollado un algoritmo para detectar en niños, con la ayuda de un simple oxímetro de pulso colocado en un dedo, el síndrome de la apnea-hipopnea del sueño. Las personas que padecen esta enfermedad dejan de respirar de forma total (apnea) o parcial (hipopnea) durante unos instantes.
Cuando dormimos, nuestro organismo atraviesa diferentes fases del sueño, pero el cerebro sigue interconectado durante el sueño no REM, algo que se pensaba que no ocurría. El hallazgo por parte de un grupo europeo de investigadores ha permitido también analizar las bases científicas de la consciencia, un campo cada vez más importante de la neurociencia.
Con la falta de consciencia en el sueño profundo la actividad de millones de neuronas viaja por la corteza cerebral. Este fenómeno, conocido como oscilaciones lentas, está relacionado con la consolidación de la memoria. El proyecto europeo llamado SloW Dyn, dirigido por científicos españoles, ha permitido descubrir anomalías en esta actividad en ratones con un deterioro similar al alzhéimer.
Un equipo internacional de investigadores ha comprobado por primera vez cómo detectar de forma precoz enfermedades neurodegenerativas como el párkinson. Mediante tomografía por emisión de positrones han podido observar inflamación y falta de dopamina en la sustancia negra –la parte del cerebro que al dañarse provoca esta patología– en pacientes con trastornos del sueño en fase REM asintomáticos.
En los últimos siete años ha surgido un gran interés en el estudio de la posible relación entre la apnea obstructiva del sueño (AOS) y su más inmediata consecuencia, la hipoxia intermitente, con la aparición de tumores. Un equipo de científicos internacional, con participación española, ha realizado una investigación que revisa todos los estudios en modelos animales sobre la relación entre apnea y cáncer, confirmando la relación entre ambos.
Los hábitos de sueño están marcados por costumbres o afirmaciones que no siempre son correctas ni saludables. Con motivo del Día Mundial del Sueño, hablamos con Joaquín Terán, presidente de la Sociedad Española del Sueño, para saber qué dice realmente la ciencia sobre este tema y mejorar nuestras costumbres para dormir mejor.
La presión positiva continua en la vía aérea o CPAP no contribuye a disminuir la probabilidad de sufrir problemas cardiovasculares graves en pacientes con apnea de sueño, según un estudio internacional publicado en The New England Journal of Medicine.
Gracias a los datos obtenidos por una aplicación que ayuda a los viajeros a adaptarse al jetlag, investigadores de la Universidad de Michigan han trazado un mapa que refleja los hábitos de sueño de ciudadanos de todo el planeta.
La menopausia está asociada a alteraciones del sueño y los ritmos circadianos. Así se desprende de los resultados alcanzados en un artículo publicado en la revista Menopause, en el que se demuestra que las mujeres menopáusicas presentan determinadas anomalías, principalmente respiratorias, asociadas con un sueño no reparador y de peor calidad.
Falta de atención o problemas de memoria son algunos de los síntomas que presentan las personas que sufren insomnio crónico. Estos son más intensos en pacientes que duermen menos de seis horas al día, tal y como revela un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, el que se han revisado decenas de trabajos publicados sobre este trastorno del sueño.