Algunas variaciones en el gen LPHN3 –relacionado con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños y adultos– podrían favorecer la predisposición a consumir tabaco, alcohol, cannabis y otras sustancias adictivas, según un nuevo estudio. El hallazgo contribuirá a facilitar nuevas herramientas genéticas para mejorar la prevención de conductas adictivas en las personas afectadas por el TDAH.
Un nuevo estudio realizado en León, pero representativo de toda España, revela cómo el número de tumores asociados al tabaco se ha incrementado notablemente en las últimas décadas. Al analizar los datos disponibles entre 1997 a 2014, los investigadores han comprobado que el aumento de las cifras del cáncer relacionado con el hábito de fumar es más pronunciado entre las mujeres.
El primer trabajo que analiza la exposición al humo ambiental del tabaco en diversos ámbitos de la población infantil en España revela que el 71,7% de los menores de doce años se expone al humo ambiental del tabaco. Un 29,2% lo respira en casa o en el coche y el 42,5% solo en el ámbito público. El nivel educativo de los progenitores influye tanto en dicho contacto como en la salud percibida de los hijos.
Investigadores japoneses han confirmado que las células esofágicas sufren mutaciones tumorales a medida que envejecemos. El estudio también demuestra que el consumo de alcohol y tabaco aumenta estas mutaciones y, por tanto, multiplica las probabilidades de desarrollar cáncer de esófago.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han demostrado en ratones que el tratamiento con antiinflamatorios puede revertir las alteraciones cognitivas asociadas al abandono del tabaco, entre ellas, los déficits en la atención y los problemas de memoria.
Entre las poblaciones nativas del oeste norteamericano el tabaquismo va en aumento. ¿Cuándo empezaron a fumar sus antepasados? El análisis de pipas antiguas revela que ya fumaban tabaco antes de que los europeos introdujeran variedades domesticadas en el siglo XVIII.
Según las últimas encuestas, el 36% de los estadounidenses niega que la acción humana sea la causa del calentamiento global, una base suficiente para que el presidente Donald Trump se sienta animado a romper los pactos de lucha contra el cambio climático. Mercaderes de la duda se remonta a los ardides empleados en refutar el efecto cancerígeno del tabaco, matriz de todas las campañas de desinformación posteriores.
El vapor del cigarrillo electrónico aumenta la producción de químicos inflamatorios y desactiva las células protectoras, que mantienen los espacios libres de partículas potencialmente dañinas. Estos son los resultados de un estudio experimental, publicado en la revista Thorax.
La Organización Mundial de la Salud ha publicado un informe sobre las cifras del tabaco en el mundo. Aunque su consumo ha disminuido desde el año 2000, esta reducción es escasa para proteger a las personas de enfermedades cardiovasculares y otras patologías no transmisibles. En España, a principios de siglo fumaba un 36,9% de la población adulta, cifra que en 2025 se espera que esté en torno al 20,7%.