Recreación artística del quásar observado.
Impresión artística del quásar más distante.
Las primeras estrellas tenían una masa ocho veces superior a la del astro Sol. Imagen: NASA
Investigadores del Departamento de Física Teórica I de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han encontrado una posible explicación sencilla y simultánea de la expansión acelerada del universo y de la presencia de campos magnéticos intergalácticos.
Un equipo internacional con participación española ha descubierto la posible masa mínima para que surja una galaxia en la que se formen estrellas. La estadística apunta a que los halos de materia oscura que envuelven estas galaxias deben tener al menos una masa de 300 mil millones de masas solares.
El telescopio Hubble ha localizado una galaxia a 13.200 millones de años luz, lo que la convierte en la más lejana encontrada hasta ahora. El hallazgo, que se publica hoy en Nature, revela además que durante las primeras etapas del universo se produjo un aumento significativo en la creación de estrellas.
Unos 15.000 objetos catalogados, los datos sobre la luz emitida por las galaxias desde su formación y la detección de nuevas componentes en la Vía Láctea son sólo algunos de los resultados obtenidos por el satélite Planck que esta semana se han presentado en París. Los científicos confían en que esta misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) pronto aporte más información sobre el origen del universo y su evolución.
Al filtrar la luz de las estrellas más brillantes los astrónomos han detectado las tenues enanas rojas en las proximidades de galaxias elípticas (derecha), mucho más numerosas que en la Vía Láctea (izquierda).