Una investigación del Instituto de Salud Carlos III indaga sobre los riesgos que conlleva el aumento de temperaturas que se produce en las ciudades, debido a diversos factores. Los resultados concretan diferencias en estos incrementos según localidades y apuntan a la necesidad de más análisis locales.
La Unidad de referencia de Cambio Climático y Salud del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado una investigación sobre el efecto de isla térmica urbana en los ingresos hospitalarios urgentes y los fallecimientos a corto plazo en cinco ciudades españolas. Los resultados, obtenidos tras análisis realizados en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Murcia, se publican en la revista Science of the Total Environment.
Se denomina efecto isla de calor urbana a un fenómeno meteorológico que se traduce en un aumento de la temperatura en áreas urbanas, generalmente por la noche. Este incremento se atribuye factures que contribuyen a acumular calor durante el día. Entre ellos, los materiales presentes en las ciudades como el asfalto, las fachadas de los edificios y los aparatos de climatización. Este fenómeno, añadido al calentamiento global producido por el cambio climático, puede afectar a la salud de las personas al aumentar el riesgo de hospitalizaciones y fallecimientos.
Los principales resultados del trabajo señalan que el efecto isla de calor térmica se observa principalmente en las temperaturas mínimas -es decir, las nocturnas- y no tanto en las máximas, y que sus valores oscilan bastante según la ciudad. En Murcia se refleja una diferencia de 1,2 grados centígrados en la ciudad por encima de la periferia, mientras en Valencia es de 4,1 grados.
Además, los autores han confirmado que la relación entre el riesgo de enfermedad y de muerte en las ciudades del interior se da con las temperaturas máximas -las diurnas-, mientras que esta asociación, en las localidades costeras, aparece con las mínimas -las nocturnas-.
Este trabajo utiliza datos de observatorios meteorológicos, uno situado dentro de las ciudades y otro en la periferia, lo que ha permitido confirmar las diferencias térmicas del efecto isla de calor. La distancia más amplia de valores entre el el interior urbano y el exterior tienen un rango máximo diario de hasta 11,2 ºC en Valencia, los 9,5 ºC en Murcia y los 7,1ºC en Madrid.
Los resultados indican que la localización geográfica y las características de cada zona son claves en el posible efecto de la isla térmica urbana, lo que sugiere una necesidad de realizar estudios locales para determinar la mayor o menor importancia de este fenómeno según el tipo de ciudad.
El estudio apunta que en ciudades de interior como Madrid y Murcia la isla térmica puede generar discomfort en las personas, pero tiene menos posibles efectos sobre la salud, ya que no incide en las muertes ni en los ingresos hospitalarios urgentes a corto plazo.
En cambio, en ciudades costeras como Valencia sí se identifica un mayor riesgo sanitario, con un aumento de temperaturas mínimas diarias urbanas relacionado con fallecimientos e ingresos. En el caso de Barcelona, tanto las ambos extremos del termostato parecen influir.
El trabajo está liderado desde ISCIII por los doctores Julio Díaz y Cristina Linares y han participado los investigadores Miguel Ángel Navas y José Antonio López Bueno. También han colaborado científicos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja del CSIC y del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha.
Referencia:
Cuerdo-Vilches, T. et al. “Impact of urban heat islands on morbidity and mortality in heat waves: Observational time series analysis of Spain's five cities” Science of the Total Environment (2023)