Representantes de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III participan en el primer panel de expertos sobre intoxicaciones por mordedura de ofidios venenosos en España. De 1997 a 2009 se registraron 1.649 casos, de los cuales casi el 1% resultó mortal.
La primera aproximación epidemiológica sobre mordeduras de las serpientes venenosas que existen en España, realizada por expertos de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), revela que el coste hospitalario de los pacientes atendidos por dichos accidentes se eleva a unos 2.000 euros por caso.
El trabajo, organizado en Logroño por la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Rioja, ha sido presentado hoy en el Primer panel de expertos sobre intoxicaciones por Mordedura de Oficios Venenosos en España.
El número de casos en España en los últimos 12 años es de 1.649, de los cuales casi el 1% resultó mortal. Los casos se registraron en casi todas las comunidades autónomas, pero más de la mitad se concentraron en Cataluña, Castilla y León, Galicia y Andalucía.
Tal y como señalan los expertos, dicha concentración no solo está asociado a los datos demográficos de la comunidad, sino también a la concurrencia de factores muy diversos de la exposición como el hábitat de la fauna venenosa, el volumen de la población rural, las actividades agrícolas y la práctica de actividades al aire libre.
José María Amate, jefe de área de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del ISCIII y responsable del estudio, afirma que “habitualmente identificamos las mordeduras venenosas con regiones cálidas tropicales o subtropicales pero ignoramos que en Europa existen especies autóctonas, como laVípera berus, cuyo hábitat llega hasta el círculo polar”.
España: 130 casos anuales
Según estimaciones de Jean–Philippe Chippaux, investigador de la Universidad Descartes de Paris (Francia), en Europa se producen unos 8.000 casos anuales de mordeduras de especies venenosas.
“En conjunto- añade Amate- se trata de un accidente que en Europa muestra una baja incidencia pero que, por su posible gravedad, requiere de una atención compleja que hoy puede beneficiarse de los nuevos tratamientos”.
En España, uno de los pocos países europeos donde concurren tres especies venenosas de víboras europeas, requieren atención hospitalaria por mordedura de ofidio unos 130 casos anuales; en Francia, unos 380; en Polonia unos 160 e incluso en Lituania, registran unos 35 casos al año.
Las especies venenosas de víboras autóctonas presentes en España son: Vipera seonani, que se encuentra en el norte de la Península; Vipera aspid, la más peligrosa, que se extiende desde la parte oriental de la cornisa cantábrica y zona pirenaica; y Vipera latasti, la de menor toxicidad, que habita en el resto de la Península hasta la cuenca del Duero y, como ocurre en La Rioja, puede coincidir en algunas zonas con la Vipera aspid, aunque sin compartir hábitat.
Los principales problemas que plantea este tipo de mordedura en España es la necesidad de tratamiento urgente y, con frecuencia, de soporte vital e incluso reconstrucción plástica.
Los más afectados, quizá por inmadurez y por el tipo de actividad que realizan, son los adolescentes que, junto con los niños, representan un 31% del porcentaje total de mordeduras: La incidencia se estabiliza entre los adultos a partir de los 25 años, para volver a aumentar entre los mayores de 65 años, que suponen el 18% de los casos.
Las mejores posibilidades de soporte vital disponibles en los últimos años han desplazado a los sueros antiofídicos convencionales constituidos por una amplia carga de proteínas heterogéneas susceptibles de ocasionar graves complicaciones.
Ahora, la biotecnología permite desarrollar una nueva generación de sueros, mediante la selección de las fracciones activas de las toxinas, evitando así las complicaciones tradicionales, inherentes a las dificultades de fraccionamiento del combinado de proteínas heterogéneas que constituían los sueros antiveneno convencionales.
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