La multinacional estadounidense anunció ayer que su candidata contra el coronavirus, que desarrolla junto a la alemana BioNTech, ha mostrado una eficacia del 90 % en ensayos de fase III. Los resultados se dieron a conocer en un comunicado de prensa y no en una revista revisada por pares, por lo que la comunidad científica pide cautela y advierte que aún hay que analizar los datos completos de las pruebas.
La euforia se desató ayer en los mercados, tras el anuncio por parte de la farmacéutica Pfizer, con sede en Nueva York, y su socio alemán BioNTech de que su vacuna contra la covid-19 ha mostrado una eficacia del 90 %, según datos preliminares de sus ensayos de fase III que está llevando a cabo con unas 40.000 personas.
Sin embargo, se trata de resultados preliminares, dados a conocer mediante un comunicado de prensa y no en una revista revisada por pares –algo que parece ya estar convirtiéndose en costumbre en la actual pandemia–. Por ello, la comunidad científica pide cautela y advierte que es preciso realizar un análisis pormenorizado del ensayo.
Albert Bourla, presidente y director ejecutivo de Pfizer, dijo que “este hito supone una gran victoria en la guerra contra el coronavirus, que ha matado ya a más de 1,2 millones de personas y golpeado de forma dramática a la economía mundial”. Los socios se encuentran entre los líderes mundiales de la carrera mundial por la vacuna.
Según la nota de prensa, las pruebas de su vacuna –basada en la novedosa tecnología de ARN mensajero (la misma que está utilizando Moderna)– encontraron que era “más del 90 % efectiva en la prevención de la enfermedad entre los voluntarios del ensayo que no mostraron evidencia de infección previa por coronavirus”.
Pfizer destaca que si los resultados se mantienen, ese nivel de protección estaría a la par que el de vacunas infantiles altamente efectivas para enfermedades como el sarampión. Además, afirma, no se ha observado ninguna preocupación seria de seguridad.
El análisis provisional se realizó con 94 de los participantes en el ensayo que habían desarrollado covid-19. Luego se examinó cuántos de ellos habían recibido la vacuna frente a los que se había administrado placebo. La empresa no proporcionó ese detalle, pero más del 90 % de efectividad implica que no más de ocho de los 94 habrían recibido la vacuna, administrada en dos inyecciones con un intervalo de unas tres semanas.
La tasa de eficacia, que podría disminuir una vez que los resultados completos estén disponibles, está muy por encima del 50 % requerida por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA) para una vacuna contra el coronavirus.
Para confirmar esta tasa de eficacia, la firma dijo que continuaría su ensayo hasta que hubiera 164 casos de contagio de covid-19 entre los voluntarios del ensayo para precisar más la tasa de efectividad y en rangos de edad que van desde los 18 hasta los 85 años. Bourla señaló a la CNBC ayer que eso podría suceder antes de finales de noviembre, según Reuters.
Entre las dudas que habría que aclarar respecto a la eficacia de esta vacuna, Lawrence Young, profesor de oncología molecular de la Universidad británica de Warwick, señaló a Reuters que los datos muestran que la vacuna evita que la gente enferme pero no dice que no se pueda infectar. "Y, claro, el problema es que si estás infectado, todavía puedes transmitir el virus”, subrayó Young.
Otras cuestiones importantes que quedan en el aire es que el comunicado señala que la vacuna protege de los síntomas leves de la covid-19. Por tanto, no se sabe si protege de los graves. Si no lo hace, la utilidad de esta vacuna se vería muy reducida, ya que apenas ayudaría a los grupos de riesgo como las personas mayores, que son los que sufren los síntomas más graves.
Por su parte, Mercedes Jiménez, bioquímica del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), comenta a Sinc que “se trata de una buena noticia, pero habrá que esperar a que los datos se publiquen y analicen en una revista revisada por pares”. En cierto modo “parece que los consorcios más adelantados en el desarrollo de la vacuna contra la covid-19 pretenden cambiar la forma de comunicar sus hallazgos”.
“Esto –dice Jiménez– puede servir para subir sus acciones, pero la sociedad, ahora más entrenada, debe realizar una lectura más crítica. Son resultados prometedores, por supuesto, pero necesitamos confirmarlos”.
Para esta bioquímica, “una efectividad del 90 % es una noticia muy esperanzadora, pero faltan datos y el comunicado no da respuesta a cuestiones muy importantes. ¿Evita la propagación del virus en las personas vacunadas? Si no es así, su eficacia en detener la transmisión sería muy baja. ¿Protege a los individuos vacunados de la sintomatología de la enfermedad en toda su amplitud? Si hace que, por ejemplo, sea un simple catarro o no tener ningún síntoma, sería excelente. Pero la nota de prensa no lo menciona”.
La Unión Europea comunicó ayer que planea firmar un contrato para la obtención de hasta 300 millones de dosis de la vacuna de la covid-19 de Pfizer y BioNTech. Además, estas compañías –que no ha recibido fondos del programa de vacunas Operation Warp Speed de la Administración Trump– tienen un contrato de 1.950 millones de dólares con el gobierno de EE UU para entregar 100 millones de dosis este mismo año. También han llegado a acuerdos de suministro con Reino Unido, Canadá y Japón.
Uno de los principales problemas para la distribución de la vacuna Pfizer y BioNTech es que precisa que se almacene a temperaturas de -80 ºC, frente a otros prototipos, como el de Moderna, que pueden mantener sus propiedades en -20 ºC, o el de Oxford/AstraZeneca, que precisa frío, pero no congelación.