Así lo confirma un informe de la organización no gubernamental Oceana, presentado esta mañana en Madrid con el apoyo del actor Miguel Ángel Silvestre. El trabajo alerta sobre la falta de gestión pesquera en la Unión Europea y demuestra que 686 especies son capturadas sin las medidas de gestión necesarias para garantizar el futuro de los stocks.
La corvina, el pulpo, la sepia, y el langostino, entre otros, forman parte de las 686 especies incluidas en el estudio. Su pesca equivale al 31% de las capturas totales (el resto corresponde a la captura de especies gestionadas). El informe de Oceana denuncia la falta de medidas de gestión para ocho de cada diez especies pesqueras explotadas por la flota europea (el 82%).
“Además de regular el esfuerzo pesquero creemos que tiene que haber un control de la captura de estas especies por parte de las administraciones”, denuncia en la presentación del trabajo Javier López, científico marino de Oceana.
El informe destaca la explotación sin control también en aguas del Mediterráneo donde la propia Comisión Europea admite que la mayoría de los stocks están sobreexplotados. Situaciones similares se dan en otras zonas de pesca, donde solo se definen límites de capturas para las especies más valiosas como los túnidos. “La Unión Europea también pesca en aguas internacionales y de terceros países donde la gestión es todavía más ambigua”, apunta López.
Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana Europa, comenta a SINC que es necesario que aumente el número de especies gestionadas y que se potencien las artes de pesca tradicionales que son “menos agresivas y más selectivas”.
Hacia una pesca sostenible
“Sin gestión no puede haber sostenibilidad, y sin sostenibilidad no hay futuro para la pesca ni para nuestros océanos”, declara Miguel Ángel Silvestre, en su primer acto de apoyo a Oceana. “Si seguimos así en el 2048 no habrá peces comestibles”, alerta citando datos científicos que la organización recogió en 2010 de la revista Nature.
Acuerdos internacionales, normativa europea y leyes nacionales obligan a gestionar los recursos de manera responsable. “Haciendo caso omiso a estos mandatos no sólo ponemos en peligro los stocks pesqueros sino también la viabilidad económica y social de la actividad pesquera”, advierte Pastor.
Oceana propone aumentar progresivamente el número de especies gestionadas. Su objetivo es que se garantice la explotación responsable con la implantación de medidas técnicas y de gestión basadas en criterios científicos, o en su defecto, en el principio de precaución.
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