Investigadores españoles y portugueses han analizado la composición y el efecto sobre la radiación solar de los aerosoles desérticos durante dos episodios que afectaron simultáneamente a Badajoz y Évora (Portugal) en agosto de 2012. Los resultados demuestran que la intrusión del polvo procedente del desierto del Sáhara provoca un enfriamiento radiativo en la superficie.
Los aerosoles atmosféricos –partículas sólidas o líquidas suspendidas en la atmósfera– son difíciles de estudiar por diversas razones. En primer lugar porque permanecen durante un corto periodo de tiempo en la atmósfera y, por otra parte, porque su origen puede ser natural o antropogénico.
Pero sin duda su estudio cobra cada vez más importancia por los efectos que pueden causar en la temperatura global de la Tierra, ya que la radiación solar es la principal fuente de energía del sistema Tierra-Atmósfera. Además, los aerosoles también afectan a la salud humana, a los ecosistemas y al ciclo hidrológico.
Por ello, un grupo de investigadores extremeños y portugueses ha analizado el efecto radiativo (sobre la radiación solar) de un tipo de aerosol natural –el polvo procedente de zonas desérticas– que tiene gran interés en la Península por la cercanía con el desierto del Sáhara.
Los científicos centraron su estudio, publicado en Atmospheric Research, en dos intrusiones de aerosol desértico que se produjeron en agosto de 2012 y que afectaron a dos estaciones del suroeste de la península ibérica, las de Évora y Badajoz, pertenecientes a la red mundial de medida fotométrica de los aerosoles AERONET (Aerosol Robotic NETwork), gestionada por la NASA.
Durante estos dos importantes eventos, “la cantidad de radiación que llegó a la superficie fue menor que la que llegaría si no hubiese estos aerosoles”, asegura a Sinc Mª Ángeles Obregón, investigadora en el departamento de Física de la Universidad de Extremadura (Uex) y en la Universidad de Évora (Portugal), y autora principal del trabajo.
Mayor impacto por la presencia de polución
Al contar con medidas precisas para estudiar estas intrusiones, el equipo determinó que, aunque la segunda intrusión de polvo desértico fue más intensa –con mayor concentración de partículas PM10–, fue la primera la que causó mayor enfriamiento radiativo en ambas estaciones. Según recalca el trabajo, esto se debió a la presencia de aerosoles absorbentes procedentes de la contaminación antropogénica.
“Fue una mezcla de aerosol desértico y polución, pero no sólo eso, sino que además se dispuso de más medidas, tanto en superficie como en columna. Esto no siempre es posible, ya que muchas veces las medidas están contaminadas por nubosidad y son desechadas, o simplemente no hay, porque por ejemplo los instrumentos se están calibrando”, aclara la investigadora.
En este evento, los aerosoles persistieron cerca de la superficie debido a la presencia sobre la región de estudio de un anticiclón a nivel del mar, “reduciendo la cantidad de irradiancia de longitud de onda corta que llegaba a la superficie, y causó un mayor enfriamiento radiativo en ella”, señala Obregón quien compara los efectos del polvo desértico con los de algunos incendios forestales o fuertes episodios de polución.
Sin embargo, la experta indica que es importante tener en cuenta que los efectos de cada tipo de aerosol son diferentes porque “su composición, tamaño y propiedades también lo son”, concluye.
Referencia bibliográfica:
Obregón, M.A et al. “Aerosol radiative effects during two desert dust events in August 2012 over the Southwestern Iberian Peninsula” Atmospheric Research 153(404-415) DOI: 10.1016/j.atmosres.2014.10.007 febrero de 2015
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