El verano en Extremadura cada vez tiene menos días de temperatura suave

Una investigación desarrollada por el Grupo Aire de la Universidad de Extremadura revela el aumento de veranos calurosos con eventos de mayor duración y más intensidad con temperaturas superiores a 36 a 37 grados en esta comunidad autónoma, pero también con menos días con temperaturas suaves. El estudio estima además que los eventos calurosos, de entre 35 y 36 grados, aumentan más que las olas de calor –dos días consecutivos a más de 39 grados– en duración, intensidad y frecuencia.

El verano en Extremadura cada vez tiene menos días de temperatura suave
Los veranos son cada vez más calurosos, no solo con eventos de mayor longitud y más intensidad de temperaturas sobre 35 o 36 grados, sino también con menos días con temperaturas suaves / UEx

Una ola de calor es un fenómeno meteorológico excepcionalmente extremo, durante las últimas dos décadas numerosos estudios han demostrado un aumento no sólo en lo que respecta a su frecuencia sino también en duración e intensidad, de igual forma sugieren que en las próximas dos décadas (2021-2040) habrá eventos de ola de calor en Europa similares o incluso más severos que el acontecido en Rusia en el año 2010 tanto en magnitud, extensión como en duración.

En el caso de la comunidad autónoma de Extremadura cuya dependencia del sector agrícola aporta de forma directa o indirectamente el 53% del total del Producto Interno (PIB), la influencia de dichos impactos extremos es un fenómeno a estudiar por sus consecuencias no solo en la agricultura y la biodiversidad sino también en la población humana.

Es por ello que el Grupo AIRE (Física de la Atmósfera, Clima y Radiación de Extremadura) de la Universidad de Extremadura ha desarrollado un estudio en el cual se ha analizado las olas de calor ocurridas en Extremadura desde el año 1960 hasta el 2014 con el objetivo de observar si se han producido cambios susceptibles de tener en cuenta. Dicha investigación ha sido financiada por la Consejería de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura y publicada en la revista Theoretical and Applied Climatology.

Consideramos una ola de calor como dos días consecutivos cuyo valor de temperatura está por encima del 95 percentil de los valores de temperaturas máximas

Definir las olas de calor

Para desarrollar el estudio los investigadores definieron en primer lugar que es una ola de calor, así nos lo explica Francisco Javier Acero miembro del grupo y uno de los autores del estudio, “hay que tener en cuenta por un lado que en la literatura científica existen múltiples definiciones de ola de calor, y por otro que en cada país la definición de ola de calor es diferente porque se establece en función de un umbral.

En el caso de la comunidad autónoma de Extremadura y según nuestras investigaciones consideramos una ola de calor como dos días consecutivos cuyo valor de temperatura está por encima del 95 percentil de los valores de temperaturas máximas registrados durante los meses de junio, julio y agosto”. Este umbral traducido en temperatura serían valores por encima de 39 grados para dos terceras partes de Extremadura y entre 38 y 39 en el tercio norte restante.

Para definir este concepto los autores del estudio han tenido en cuenta tres parámetros fundamentales la frecuencia, es decir cuántas olas de calor se han producido, la duración, cuantos días dura, y la intensidad definida como la suma de los excesos de temperatura sobre el umbral.

De la investigación se puede concluir que los resultados para las tres características duración, intensidad y frecuencia muestran que en una gran parte de Extremadura ha habido cambios significativos, concretamente en la zona del noroeste (Valencia de Alcántara, Coria) y en la zona del este, así como por la comarca de Tentudía.

Además, los estudios confirmaron que los valores bajos de las temperaturas máximas están aumentado mucho más rápido que los valores altos, así lo advierte el profesor Acero quien aclara que, “no se estaban dando repetidamente valores de 42 o 43 grados sino que esos días suaves de temperaturas máximas estaban siendo cada vez menos frecuente, de tal forma que los valores bajos de las temperaturas máximas estaban aumentando mucho más lo que provocaba que estuviera disminuyendo la variabilidad”. Aun así añade el investigador, “lo que sí ha aumentado a lo largo del tiempo respecto a estas olas de calor es la frecuencia, es decir si tenemos más olas de calor ahora respecto a los que teníamos al inicio del periodo de observación pero no ha cambiado significativamente la duración ni la intensidad”.

La frecuencia cada vez mayor de los eventos calurosos

Esta disminución en la variabilidad de los valores máximos llevó a los investigadores a definir otro evento diferente a la ola de calor bautizado como Evento Caluroso. Para Javier Acero un evento caluroso es definido como “dos días consecutivos con temperaturas encima de un umbral superior al 75 percentil”.

En los últimos años se está produciendo una disminución en la variabilidad de la temperatura máxima

En Extremadura este umbral corresponde a 35 grados en el tercio norte y por encima de 36 para el resto de la comunidad autónoma. La investigación reveló que en la actualidad los eventos calurosos estaban aumentando tanto en duración, en intensidad, como en frecuencia mucho más que las olas de calor.

En definitiva el estudio ha revelado que en los últimos años se está produciendo una disminución en la variabilidad de la temperatura máxima de tal forma que la tendencia respecto a la frecuencia y la intensidad de los eventos calurosos son más fuertes que las correspondientes a las olas de calor, mientras que los parámetros de la ola de calor presentaban un moderado incremento los correspondientes a los eventos calurosos son mucho más fuerte.

Esto se traduce en veranos más calurosos no solo con eventos de mayor longitud y más intensidad de temperaturas sobre 35 o 36 grados, sino también con menos días con temperaturas suaves como se refleja en el marcado incremento en los valores bajos de las temperaturas máximas. Esto puede tener importantes consecuencias para la agricultura ya que, por ejemplo, la polinización del maíz es sensible a temperaturas superiores a 35 grados lo que puede disminuir su producción.

 Referencia Bibliográfica:

"Changes in heat wave characteristics over Extremadura(SW Spain)". Francisco Javier Acero & María Isabel Fernández-Fernández &Víctor Manuel Sánchez Carrasco & Sylvie Parey & Thi Thu Huong Hoang &Didier Dacunha-Castelle3 & José Agustín García. Theor Appl ClimatolDOI 10.1007/s00704-017-2210-x

Fuente: Universidad de Extremadura
Derechos: Creative Commons
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