La acidez total de los océanos aumentará en un 150% a finales de siglo

El aumento de las emisiones de CO2 empeorará la situación de los mares y océanos y el impacto sobre la seguridad alimentaria podría ser más complejo de lo que se pensaba. Así lo ha revelado un nuevo informe del Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA) durante la XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Cancún (México).

La acidez total de los océanos aumentará en un 150% a finales de siglo
El pez payaso (Amphiprion ocellaris) tendrá problemas de supervivencia con el aumento de la acidificación de los océanos. Foto: Alfonsator.

El estudio Consecuencias medioambientales de la acidificación de los océanos recoge varias investigaciones científicas sobre la acidificación de los océanos, un proceso desencadenado por el aumento de las concentraciones de CO2 disuelto, y que está cambiando la química del mar debido a un descenso del pH del medio marino.

“La acidificación del océano es otra señal de alerta que se ha levantado y que conlleva advertencias sobre la salud del planeta por el crecimiento incontrolado de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es una pieza nueva y emergente en el rompecabezas científico, pero que está provocando una creciente preocupación”, declara Achim Steiner, subsecretario general de la ONU y director ejecutivo del PNUMA.

Cerca del 25% de las emisiones de CO2 en el mundo es absorbido por los mares y océanos, el pH de los océanos ha disminuido en un 30% y ha afectado a su química a una velocidad que no se veía en 65 millones de años, desde la extinción de los dinosaurios. Según las tasas actuales de emisiones de CO2, a finales del siglo XXI, el pH de los océanos se reducirá en 0,3 unidades más, lo que representa un aumento de la acidez total del 150%.

Los arrecifes tropicales que proporcionan refugio y alimento para aproximadamente el 25% de las especies conocidas de peces marinos, también se verían afectados. Como representan además entre el 9 y el 12% de los desembarques mundiales de pescado son la seguridad alimentaria y el sustento de unas 500 millones de personas en todo el mundo.

El informe prevé que la futura acidificación del océano afecte el crecimiento del coral tanto en fases adultas como juveniles, el crecimiento de algas rojas coralinas, la integridad estructural de los arrecifes y, potencialmente, incluso la densidad de los “bio-erosinadores” y depredadores.

Según el trabajo, realizado en colaboración con el Laboratorio Marino de Plymouth (Reino Unido), y con científicos de otras organizaciones como el Centro Nacional de Oceanografía de Southampton y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO y presentado en la Cumbre del Clima en Cancún (México), en las próximas décadas, corales y mariscos podrían encontrar cada vez más dificultades para formar sus esqueletos. Su supervivencia se ve por tanto afectada.

Con la acidificación del océano, los cangrejos dependerían de un reducido rango de temperaturas donde poder prosperar. Pero la acidificación también podría perjudicar la captura de cangrejos, mejillones y otros mariscos, especies que dependen de los arrecifes de coral, y de otras especies como por ejemplo el salmón que se alimenta de microorganismos con concha que están en el nivel más bajo de la cadena alimentaria.

“A medida que los científicos de todo el mundo comienzan a investigar los posibles impactos de la acidificación del océano, estamos viendo un impacto general negativo de la acidificación del océano directamente sobre los organismos y algunos ecosistemas clave que ayudan a proporcionar alimentos a miles de millones de personas. Tenemos que pensar en el riesgo que esto entraña para la seguridad alimentaria”, señala Carol Turley, autor principal del estudio, científica senior en el Laboratorio Marino de Plymouth, y coordinadora del Intercambio de Conocimientos del Programa de Investigación de la Acidificación del Océano del Reino Unido.

Peces que se adaptan a la nueva química del agua

El informe señala que muchos organismos marinos tienen medios para compensar los cambios en la química del agua de mar, aunque gastan más energía en un océano cada vez más ácido. No es el caso del pez payaso (Amphiprion ocellaris) que cada le cuesta más evitar a sus depredadores y volver a casa. Algunas especies de mejillones y erizos de mar sólo cuentan con mecanismos parciales de compensación, o carecen de ellos, lo cual podría hacerlos más vulnerables.

Pero si otros organismos, como las langostas adultas, que podrían aumentar su capacidad de construcción de su cáscara en respuesta a la caída del nivel de pH, logran compensar los cambios podría haber repercusiones en la cadena alimentaria marina de la que miles de millones de personas dependen directa o indirectamente como fuente de proteína y como medio de subsistencia.

“Por el momento se desconoce si la acidificación del océano resulta ser por cuenta propia, un mayor o menor desafío para el medio marino y su cadena alimentaria. Pero el fenómeno se presenta con un telón de fondo de mares y océanos ya estresados como resultado de la sobrepesca y otras formas de degradación ambiental. De modo que el público puede con razón preguntar cuántas banderas de alerta los gobiernos necesitan ver antes de actuar”, manifiesta Steiner.

La sobrepesca, un problema creciente

Cerca del 80% de las capturas se producen en sólo el 10% de las áreas oceánicas, incluidas las principales áreas, tales como las plataformas continentales y los estuarios. Según el informe, en este siglo se prevé que muchas de estas áreas sean muy vulnerables a la acidificación de los océanos.

La industria de la acuicultura, que crece a un ritmo del 7% anual, está en riesgo de ser afectadas en el futuro por la acidificación de los océanos, de forma directa a través del impacto en los propios organismos, e indirectamente a través de las redes tróficas y de los hábitats que de ellas dependen.

“Los científicos tendrán que estudiar todas las partes del ciclo de vida para ver si ciertas formas son más o menos vulnerables. Mientras tanto, la capacidad o incapacidad para construir esqueletos cálcicos podría no ser el único impacto de la acidificación en la salud y la viabilidad de un organismo: las estrellas de mar tal vez sean un ejemplo de ello”, explica Turley.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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