Durante años se pensó que la acidificación de mares y océanos, producto de los altos niveles de dióxido de carbono en el agua, modificaba el comportamiento de los peces de los arrecifes de coral. Ahora, un estudio lo desmiente, pero advierte que su hábitat sigue dañándose, lo que les afecta directamente.
Un tercio del dióxido de carbono (CO2) emitido por la actividad del ser humano es absorbido por los océanos. Según un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), los océanos del mundo han captado 34.000 millones de toneladas métricas de carbono entre 1994 y 2007.
Este CO2, cuando entra en contacto con el agua, reacciona y provoca que el pH disminuya (se acidifique). La acidificación de los océanos es una de las grandes consecuencias de la crisis climática y conduce, entre otras cosas, al blanqueamiento y muerte de los corales.
Además, según una serie de artículos que se publicaron durante los últimos años, este fenómeno parecía modificar el comportamiento de los peces que viven en los arrecifes. Estos informes describieron efectos como alteraciones en el olfato, la audición, la visión, los niveles de actividad, la ansiedad y la susceptibilidad a la depredación.
Sin embargo, estas investigaciones tenían algunas inconsistencias, por lo que un grupo científico liderado por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU) replicó los estudios. Sus resultados, que se publican hoy en la revista Nature, mostraron exactamente lo contrario: los investigadores observaron un comportamiento normal en los peces.
“Demostramos que los niveles de CO2 apenas tienen impacto en el comportamiento y los sistemas sensoriales de los peces de los arrecifes de coral”, afirma Timothy Clark, investigador de la Universidad de Deakin en Australia.
Aunque esta es una buena noticia por sí misma, Fredrik Jutfelt, biólogo de la NTNU y uno de los autores del trabajo advierte a Sinc que la acidificación sigue siendo un problema importante.
“Algunos peces son sensibles durante las primeras etapas de su vida y aumenta la mortalidad de algunas especies”, explica Jutfelt.
Además, con el aumento de los niveles de CO2 se produce un calentamiento del agua de los océanos, que puede afectar directamente a los peces, pero también, por ejemplo, matar los arrecifes de coral de los que dependen estos animales para su alimento y refugio.
“Este es un riesgo mucho mayor para los peces de los arrecifes de coral que los cambios de comportamiento”, alerta Jutfelt. Según el biólogo, este estudio pone de manifiesto la importancia de que se repliquen las investigaciones científicas.
“La ciencia depende de la comprobación y la revisión de los resultados. Solo se debe dar una alta credibilidad a un estudio después de que varios grupos de investigación independientes lo hayan replicado”, aclara.
Por eso, los investigadores documentaron sus experimentos con vídeos. Además, han puesto a disposición sus datos en bruto y sus análisis para que otros expertos puedan ver exactamente lo que han hecho.
“Los estudios de replicación son muy importantes para el proceso de la ciencia, pero han sido infravalorados. Esperamos que esto anime a científicos y financiadores a valorar más los estudios de replicación”, concluye a Sinc Jutfelt.
Referencia bibliográfica:
Timothy D. Clark, Graham D. Raby, Dominique G. Roche, Sandra A. Binning, Ben Speers-Roesch, Fredrik Jutfelt y Josefin Sundin. “Ocean acidification does not impair the behaviour of coral reef fishes”. Nature (8 de enero de 2020). http://dx.doi.org/10.1038/s41586-019-1903-y