Los ríos españoles han perdido de media el 10% de su caudal

El cambio climático, la presencia de contaminantes emergentes como los fármacos humanos y animales, y la sobreexplotación de recursos hídricos son las principales amenazas de los ríos españoles. Así lo han confirmado un grupo de científicos en las jornadas Conservación fluvial. Amenazas, retos y oportunidades para un futuro sostenible, organizadas esta semana por la Fundación BBVA en Madrid.

Los ríos españoles han perdido de media el 10% de su caudal
Los ríos españoles sufren las consecuencias del cambio climático y de la mala gestión. Imagen: ImgDos

España es el país con más embalses por kilómetro de río del mundo

En España el impacto del cambio climático es “especialmente grave” por la pérdida de biodiversidad y la disminución del caudal, en más del 10% de media, sobre todo en el río Tordera o el Ter. Los embalses, las canalizaciones y los trasvases realizados sin criterios científicos, y los planes de regadío no adaptados a los recursos hídricos actuales ni a las previsiones sobre los impactos del cambio climático en la región son las principales causas.

Según los ponentes de las jornadas Conservación fluvial. Amenazas, retos y oportunidades para un futuro sostenible, organizadas esta semana por la Fundación BBVA en Madrid, el cambio climático junto a una mala gestión de los ríos amenazan además el suministro de agua potable.

Los cursos fluviales son “como los riñones de los continentes, todo lo que la tierra expele, ya sean sedimentos o contaminantes, fluye río abajo”, destacan Sergi Sabater, del ICRA, y Arturo Elosegi, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), organizadores del encuentro junto a la Fundación BBVA.

El crecimiento de la población mundial –con el consiguiente aumento en la demanda de agua- incrementa los efectos del calentamiento. En la cuenca mediterránea, el porcentaje de consumo de agua respecto al total de recursos disponibles es de entre el 55% y el 224% -esta última cifra corresponde a la cuenca del Segura, en la que, a pesar de los trasvases, los ríos permanecen secos varios meses del año-.

La tendencia a construir grandes embalses también perjudica los ríos. “Los embalses y canalizaciones suponen una amenaza para las especies que viven en los sistemas fluviales, empobrecen sus poblaciones y afectan la capacidad natural de los ríos de mejorar la calidad del agua”, dicen los organizadores. “El río necesita que el agua fluya por su cauce; la idea de que el agua que llega al mar se pierde es falsa”.

En el caso de España, es el país con más embalses por kilómetro de río del mundo. Por esta razón, los ríos españoles son muy vulnerables. “En la cuenca del Mediterráneo el cambio climático puede derivar en una menor disponibilidad de recursos hídricos”, señalan Sabater y Elosegi. “Las regiones mediterráneas son de las más afectadas por la sequía de verano, y experimentarán una mayor frecuencia de inundaciones y temperaturas más altas”.

El 20% de la población tira los medicamentos al inodoro

A la amenaza del cambio climático se añade la de los fármacos de uso humano y veterinario, contaminantes “inesperados” para los que no existe regulación y que ‘escapan’ a las depuradoras. El equipo de investigación ha empezado a analizar por primera vez cómo afectan al ecosistema del río.

“Antiinflamatorios, betabloqueantes, antibióticos, ansiolíticos y demás medicamentos tienen un claro efecto negativo sobre la biodiversidad”, explica Damiá Barceló, director del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA).

El grupo de Barceló es pionero a escala internacional en el análisis de los efectos de gran cantidad de fármacos en ríos. “Es un trabajo muy complejo, y que todavía vemos únicamente lo que sabemos buscar”, destaca el investigador.

Los investigadores analizaron el efecto de unos 40 fármacos en los ríos Ebro y Llobregat, rodeados por tres millones de habitantes. En el Llobregat, más corto y en el que por tanto la concentración de los fármacos es mayor, el impacto es más importante. El fenómeno “no es un problema para los humanos, nosotros tendríamos que beber más de 100 litros de agua para notar algo, pero para los peces sí”, señala Barceló.

Los investigadores analizaron peces, dafnias (pulgas de agua) y algas. Los mayores efectos –más mortalidad y cambios fisiológicos- se detectaron sobre todo en algas y dafnias. En fases posteriores de la investigación, se estudiará el efecto acumulativo de los compuestos en peces.

Los investigadores proponen revisar la tecnología de las depuradoras, hasta ahora no preparadas para eliminar estos nuevos contaminantes, y sugieren cambios de hábito en la población, ya que se estima que un 20% de los ciudadanos aún tira los medicamentos al inodoro, en lugar de llevarlos a las farmacias.

Barceló ha recordado también la necesidad de fomentar la reutilización del agua y de controlar “el medio millón de pozos ilegales” en España, así como de evitar las fugas, e implantar técnicas de riego que aprovechen el agua al máximo.

Las jornadas celebradas esta semana permitirán actualizar una publicación ya editada por la Fundación BBVA en 2009: Conceptos y Técnicas en Ecología Fluvial.

Más información

http://www.fbbva.es

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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