El pasado 12 de junio, investigadores de la Universidad de Barcelona, a bordo del barco Freuetó, iniciaron en el puerto de L'Estartit (Cataluña) una campaña de recuperación de redes de pesca –tanto deportivas como artesanales– perdidas y enrocadas en los fondos marinos. Su objetivo es evitar que causen un grave impacto ambiental sobre los ecosistemas marinos.
La iniciativa impulsada por un equipo del departamento de Ecología y del Instituto de Investigación de Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona (UB) junto con el Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Baix Ter pretende detectar y retirar los aparejos de pesca perdidos.
Los expertos de la UB quieren minimizar los impactos que estos utensilios puedan ocasionar sobre el fondo y las especies atrapadas. Además, la campaña también servirá para fomentar la sensibilización de todos los colectivos de usuarios del parque natural sobre la fragilidad de los fondos marinos y los esfuerzos que es necesario hacer para mantener y restaurar el patrimonio natural.
La mayoría de artes utilizadas en la pesca recreativa –una actividad ampliamente practicada que suele ser compatible con la conservación de espacios naturales– y la pesca artesanal –la modalidad profesional más sostenible para explotar los recursos pesqueros– son artes de pesca pasivas (es decir, son aparejos que no son estirados por el motor de las barcas y no se arrastran por los fondos marinos).
"No obstante, cuando las diferentes artes de pesca deportivas y artesanales (anzuelos, hilos, plomos, palangres, trasmallo, etc.) se han perdido o han quedado enrocadas en el fondo, pueden causar graves impactos a los ecosistemas marinos", explica Bernat Hereu, profesor del departamento de Ecología de la UB y coordinador de la campaña científica.
Las artes de pesca enrocadas en los fondos marinos son auténticas redes fantasma que continúan capturando peces durante muchos meses, pero sin ningún rendimiento para las pesquerías. Según los expertos, esta es la causa de un alto porcentaje de las capturas accidentales de especies comerciales y no comerciales en todo el mundo. Además, los peces atrapados en las redes pueden ser una trampa mortal para las aves marinas como los cormoranes, entre otras, que pescan.
Una amenaza para la biodiversidad de los fondos marinos
Las redes perdidas, que pueden tener cientos de metros, son arrastradas por el movimiento de las masas de agua (las corrientes marinas o los temporales), de modo que se enredan con los organismos sésiles que viven en los fondos marinos y los arrancan.
"Las comunidades que forman estos fondos –sobre todo el coralígeno, en el límite entre el sustrato rocoso y la plataforma sedimentaria– están formadas por una gran cantidad de organismos de crecimiento lento y estructura muy frágil, como algas calcáreas, gorgonias, briozoos, y algas arborescentes, entre otros, que son muy sensibles a cualquier perturbación física, y cuya recuperación es muy lenta", alerta Hereu.
Las líneas de pesca y anzuelos enrocados y cortados también pueden causar graves desperfectos en el bentos cuando se enredan en organismos sésiles (gorgonias, corales, algas, etc.). Además, con el paso del tiempo, los plásticos utilizados en la fabricación de las artes de pesca se degradan y se incorporan a la red trófica de los ecosistemas marinos, lo que supone una nueva amenaza para la conservación de muchas especies que acaban ingiriéndolos de forma accidental.
Más seguridad para las actividades de ocio en la costa
Estas redes también pueden suponer un peligro para la seguridad en zonas como la costa catalana, donde hay una gran actividad de ocio y turismo relacionada con los fondos marinos: en concreto, riesgos para la navegación (redes enredadas con las hélices de los barcos, por ejemplo), y para los bañistas y submarinistas. Aparte del impacto medioambiental, los restos perdidos de artes de pesca generan una mala imagen que desincentiva el disfrute de la naturaleza y el turismo.
El protocolo de retirada de redes encalladas en el Parque Natural del Montgrí, Islas Medas y Baix Ter forma parte de un proyecto del Grupo de Investigación MedRecover para poner a punto medidas preventivas y de mitigación de restos perdidos de artes de pesca.
Este proyecto, que podría ampliarse a otros puntos del litoral catalán, incluye campañas de sensibilización para el colectivo de pescadores deportivos y artesanales; campañas de detección de estas redes con la colaboración de pescadores, bañistas, submarinistas o navegantes; y la retirada de las redes detectadas con el mínimo impacto posible.