Este estudio, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales y el Instituto de Investigación en Cambio Global de la Universidad Rey Juan Carlos, establece la pauta para obtener una visión completa de lo que se sabe y desconoce en este continente. Aunque hay mucha información sobre pingüinos y focas, falta conocimiento sobre microinvertebrados, microorganismos y plantas.
Un estudio donde participa el Centro de Investigaciones sobre Desertificación halla que las características funcionales de las plantas tienen un papel crucial en la forma en que los ecosistemas responden a cambios en el uso del suelo. El trabajo, que publica ‘Science Advances’, ofrece nuevas herramientas para proteger su estabilidad ante los cambios que trae la actividad humana y el clima.
Este estudio, en el que participa el CREAF y el CSIC, demuestra por primera vez que los árboles no entran en un estado de dormición completo y mantienen las raíces activas. Los resultados cambian la percepción de cómo aquellos que tienen hoja caduca podrían adaptarse al cambio climático y también revelan que el suelo forestal es un sumidero de carbono con más capacidad de la que se creía.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza publica en la revista Nature un estudio en el que se detalla el riesgo de extinción de este tipo de fauna. El análisis abarca más de 23.000 especies y sus resultados indican que cerca del 24 % de los seres vivos estudiados están en peligro de desaparecer. Las principales amenazas proceden de la contaminación, las presas, la agricultura y las especies invasoras.
En los bosques del norte de Perú, científicas y ambientalistas luchan por salvar a uno de los primates más amenazados del planeta: el mono choro de cola amarilla. Su extinción, indican las investigadoras, sería devastadora para este ecosistema que provee agua a millones de personas.
Este trabajo, liderado por el IDAEA-CSIC y el CREAF, revela que los musgos y hepáticas emiten diferentes tipos de compuestos químicos volátiles. Su función podría ser defenderse del estrés ambiental y una manera comunicarse entre ellos, ya que en otras plantas superiores cumplen estas características.
Un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana ha analizado los datos de 38 años de censos de aves en Doñana y el Paleártico Occidental, junto con imágenes satélite y datos meteorológicos de 432 humedales de importancia internacional.
Investigadores europeos han reconstruido, a través de restos fosilizados de heces y vómito, cómo fue el auge de estas criaturas en los ecosistemas prehistóricos. Los científicos identificaron restos de alimentos no digeridos de plantas y presas, así como otros detalles de las partes internas de los fósiles, gracias a cientos de imágenes en 3D.
La expedición internacional Biodiversidad Global de Calcificadores Planctónicos Marinos ha aportado nuevas evidencias sobre este fenómeno, un proceso relacionado con el cambio climático que implica la progresiva invasión de aguas atlánticas en el océano Ártico.
Esta relación entre algunos corales y sus algas fotosintéticas se remonta al menos al Devónico. Se trata de un dato importante para comprender los primeros ecosistemas de los arrecifes.