Una investigación coordinada desde la Universidad CEU San Pablo, junto con el Instituto de Salud Carlos III, concluye que las infecciones pulmonares bacterianas son uno de los factores de riesgo más relevantes en infecciones por virus de la gripe. Los investigadores han analizado datos de más de 48.000 pacientes procedentes de 135 estudios, que han sido desarrollados en 28 países.
Ilustración Isabel Zendal. / Curro Oñate
Argentina, Uruguay y Guatemala han declarado esta semana la emergencia sanitaria por la presencia del virus H5N1 en algunas aves. En Chile se han contabilizado hasta 10.000 ejemplares muertos presuntamente por esta enfermedad, que ya ha saltado a mamíferos del continente americano. Aunque es poco habitual que afecte a los humanos, se ha reportado el caso de una niña contagiada en Ecuador.
Un equipo de investigadores ha analizado un brote "altamente patógeno" de esta enfermedad infecciosa que se detectó en visones americanos a finales del pasado año en Galicia. Según sus resultados, las aves silvestres han podido desempeñar un papel importante en la introducción del virus en la granja.
La República Popular China ha anunciado esta semana las primeras medidas de relajación de restricciones frente a la covid-19. Sin embargo, la comunidad internacional muestra ya su preocupación por los aumentos repentinos de casos en el gigante asiático y la falta de transparencia en los datos aportados.
El equipo, dirigido por el catedrático de la Universidad de Oviedo Carlos López Otín, ha realizado un complejo cribado genético de todo el genoma humano, mediante la tecnología de edición CRISPR Cas9, hasta lograr identificar los genes necesarios para la infección por el SARS-CoV-2.
Un análisis de seroprevalencia, realizado en Cataluña en 1.076 personas entre los 43 y 72 años, ha encontrado que el tipo de vacuna, la edad y la salud mental son factores fuertemente asociados al nivel de anticuerpos tras la vacunación.
Un estudio coordinado por el CSIC revela el ‘efecto protector’ que podría producirse con la vacunación frente al SARS-CoV-2 durante la fase lútea del ciclo menstrual para prevenir el aumento de su duración.