Compramos un 60 % más de ropa que hace una década, aunque, paradójicamente, la llevamos puesta menos que nunca, ya que la tiramos cuando la hemos usado menos de 10 veces. Solo el 1 % se recicla y el resto se convierte en residuos contaminantes como los microplásticos.
Un nuevo paradigma está emergiendo: la necesidad de una ciencia de la ignorancia. A contrapelo del ethos científico que aspira a la omnisciencia, un nuevo grupo de investigadores pone el foco en las crecientes incertidumbres que genera el aumento del conocimiento.
Los resultados de un estudio, en el que han participado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Alicante, confirman un claro patrón mundial hacia un estilo de vida menos dinámico en todo el mundo desde la década de 1960.
Una parte de las ofensas que recibe el colectivo trans está orientada al futuro: se malinterpretará su identidad de género en función de los rasgos morfológicos. Para evitar esto, la arqueología no se basa únicamente en los restos óseos. Reconoce que las interpretaciones no son homogéneas ni universales y que nuestro paso por el mundo también fosiliza en los objetos, conductas o testimonios.
Nuestra sociedad siempre ha visto con malos ojos los errores, especialmente en el mundo de los adultos, donde cometerlos supone un motivo de vergüenza y decepción. No obstante, varios estudios científicos analizan los beneficios que conlleva equivocarse y fomentan un aprendizaje que no podría darse sin ellos.
Investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante sostienen que la actitud de los subordinados es clave para incentivar esta conducta. Los resultados también señalan que la bidireccionalidad de las interacciones sociales es importante en la toma de decisiones.
Las redes sociales han jugado un papel crucial durante la crisis por la covid-19. Mientras que en ellas algunos científicos y científicas han divulgado su trabajo, otros perfiles las han aprovechado en beneficio propio, generando desinformación y crispación. Los debates en abierto deberían ser útiles, pero las dinámicas polarizadoras de las redes pueden socavar la confianza del público hacia la ciencia.
Al igual que existe la contracultura, también existen los contradatos, que son recogidos por la ciudadanía, organizaciones sociales y activistas al margen de las instituciones de recuento oficiales. Esta información ya se usa para exigir que los estados, los medios de comunicación y el público en general presten más atención a la lacra mundial de los crímenes machistas, según un nuevo estudio.
A la espera del final de la Estación Espacial Internacional en 2031, un equipo internacional de investigadores ha conducido, con la ayuda de astronautas en órbita, el primer experimento arqueológico en el espacio. Su misión: investigar por primera vez en sus tres décadas de historia los componentes sociales y culturales de esta “microsociedad”, que servirá para guiar el diseño de hábitats espaciales en el futuro.
Una investigación en EE UU revela que aquellas personas de razas, etnias, sexo u origen más beneficiadas socialmente creen que la igualdad les perjudica, aún cuando existen pruebas objetivas de lo contrario. El trabajo lo lidera la Universidad de Berkeley, en California.