Un estudio internacional, liderado por investigadores del Laboratorio Internacional en Cambio Global (CSIC-PUC), demuestra que el dióxido de carbono (CO2) constituye una amenaza a la respiración de organismos aeróbicos en el océano. Este trabajo, publicado en el último número de la revista Biogeoscience, se ha centrado en delimitar la columna de agua en la que la conjunción de niveles elevados de CO2 y niveles bajos de oxígeno (O2) limitan la capacidad de mantener organismos marinos.
Un artículo publicado en Nature, con participación española, alerta del posible cambio irreversible del estado planetario actual por causas de origen humano. Los dos problemas principales son el consumo de combustibles fósiles y la alta tasa de crecimiento de la población mundial.
Derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia. Imagen por Kenyai
Así lo ha afirmado Thomas Stocker, investigador en la Universidad de Berna (Suiza) durante el congreso “Los cambios climáticos bruscos, ciencia y medios de comunicación” organizado por el CSIC y que se ha inaugurado hoy. El evento reúne hasta mañana a científicos y periodistas para tratar el tema del cambio climático.
Es tentador utilizar generalizaciones a gran escala para referirse a una realidad como el calentamiento de los océanos, pero la naturaleza no entiende de promedios. Investigadores de la Universidad de Oviedo han analizado los datos obtenidos por boyas y satélites en todo el mundo durante 30 años, y por primera vez han tenido en cuenta variables especialmente relacionadas con el impacto del cambio climático en los organismos marinos.
De izquierda a derecha, Fernando González Taboada y Ricardo Anadón en el laboratorio. Foto: UCC+i FICYT
Un grupo formado por 17 científicos de 11 países diferentes, con participación española, ha publicado el estudio más completo que se ha hecho hasta la fecha sobre los hielos, en el que se recogen los temas más actuales desde el cambio climático y el origen de la vida hasta su presencia en la atmósfera o en los cometas.
Campaña oceánica ATOS-I a bordo del BIO Hespérides. Imagen: Rafel Simó / CSIC.