La Eurocopa 2012 mueve a miles de personas y vehículos, que contaminan y producen emisiones de CO2. En Polonia no ha habido ningún programa específico para reducir la huella de carbono durante el evento, pero se ha fomentado el uso del transporte público y la reutilización de materiales.
Los terremotos de Lorca (mayo 2011) y Emilia Romagna (mayo 2012) tienen muchas similitudes. Por ello, investigadores españoles e italianos han iniciado una colaboración para estudiar estos dos ejemplos. El objetivo es catalogar los efectos geológicos y arquitectónicos de los terremotos antes de que se pierdan para siempre, así como establecer unas adecuadas normas y restauraciones en las edificaciones, para hacerlas más resistentes ante futuras catástrofes.
Un edificio de la ciudad de Lorca tras el terremoto. Imagen por Lorca 072.
El riesgo sísmico no depende solo del temblor en sí, sino también de la resistencia de los edificios y de las características sociales de su población. Un equipo español de científicos propone una nueva manera de calcular este riesgo desde una perspectiva que integra aspectos como la fragilidad social y la capacidad de recuperación colectiva.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han comparado las emisiones de metano a escala mundial en estuarios, lagos, océanos, ríos y humedales. Según el estudio que publica Atmospheric Environment, la emisión de este gas de efecto invernadero alcanza máximos cuando aumenta la temperatura del suelo y disminuye el nivel de agua, aunque las condiciones locales también influyen.
Los primeros análisis del núcleo de sedimentos más antiguo jamás hallado en el Ártico demuestran que en esta zona se produjeron intervalos más cálidos de lo que se pensaba durante los últimos 2,8 millones de años que coincidieron con el declive de la capa de hielo del oeste de la Antártida. Un equipo internacional sugiere incluir estos nuevos datos en los modelos climáticos que predicen el clima futuro.
Vista aérea del lago Elgygytgyn (Rusia). Imagen: Wikipedia / NASA.
Más de 193 países se reúnen en Rio de Janeiro (Brasil) para renovar el compromiso hacia un planeta más limpio, verde, seguro, próspero y equitativo para todos, como ya lo hicieron hace 20 años en la Cumbre de la Tierra que se celebró en esta misma ciudad. A partir de hoy llegarán los jefes de Estado para aprobar un documento que por ahora no convence a todos.