Investigadores de las universidades Autónoma y Complutense de Madrid argumentan que esta misteriosa planta, mencionada en la epopeya del poeta griego Homero, podría ser un complejo etnobotánico mediterráneo.
Este apéndice es una característica común en el reino animal. Todos los mamíferos lo tienen en algún momento del desarrollo embrionario. En humanos desaparece, pero poseen partes internas en forma de coxis. Un estudio publicado en Nature explica qué secuencias móviles de ADN propiciaron su pérdida.
Un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentran científicos del Barcelona Supercomputing Center (BSC), ha explorado estos ecosistemas vulnerables de las profundidades marinas y observado más de 100 especies nunca antes registradas por los científicos.
Se ha encontrado en muestras de skuas muertas, que fueron halladas por científicos argentinos en las proximidades de la base antártica “Primavera”. El hallazgo permite a los programas polares nacionales estar preparados para evitar la transmisión de la infección por medios humanos y, sobre todo, evitar el contagio de las personas.
Investigadores de Brasil y Ecuador han unido esfuerzos para proporcionar un análisis exhaustivo sobre las profundas implicaciones del uso de pesticidas en esta región. Su revisión destaca las significativas repercusiones de estos químicos en el medioambiente y la salud.
Esta investigación se enfocó en un área aún poco explorada, el edificio hidrotermal Capelinhos, descubierto en 2013 en la parte norte de la Dorsal Atlántica Media, a una profundidad de 1.700 metros, en el campo hidrotermal Lucky Strike. Se ha descubierto un ecosistema rico, con fauna muy similar a la de hábitats fuente vecinos.
Han hallado pruebas de esta práctica en empuñaduras de utensilios de hace 40.000 años muy bien conservados. El descubrimiento de este adhesivo, que supone una solución técnica compleja, implica un alto nivel de cognición.
De los cinco restos fósiles de bebés y fetos con este trastorno cromosómico, tres fueron encontrados en yacimientos de la Edad de Hierro de Navarra. Además, en uno de estos enclaves navarros se ha identificado el primer caso del mundo de síndrome de Edwards en población arqueológica. La investigación ha estado liderada por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania, y ha contado con la participación de varias universidades españolas.
Un estudio liderado por el CSIC descubre un mecanismo por el cual la ruta de señalización del ácido retinoico, resultante del metabolismo de la vitamina A, afecta la formación de los vertebrados.
Tras milenios de inspirar toda clase de leyendas, en febrero de 1824 el primero de estos seres recibió su nombre. A dos siglos de aquel debut científico, los descubrimientos no paran. Gracias al uso de nuevas tecnologías, los paleontólogos amplían su intrincado árbol genealógico y revelan aspectos anteriormente desconocidos de estas especies increíblemente diversas que dominaron el planeta durante casi 165 millones de años.