En septiembre de 1730, la tierra se abrió en Timanfaya. La lava corrió durante seis años, sepultó nueve pueblos y modificó por completo la isla de Lanzarote. Los cambios atmosféricos que provocó hace siglos aquella erupción o la del Tambora, en Indonesia, que ocultó la luz solar durante meses, también dejaron su rastro en los bosques centenarios ibéricos.
El manejo de información cerebral se compara a menudo con el de un ordenador. Sin embargo, existe un rasgo que los diferencia sustancialmente, y es que el cerebro se genera a sí mismo y sus piezas se ensamblan autonómicamente durante el desarrollo embrionario. Cómo apareció el órgano más complejo de la naturaleza durante la evolución hace entre 300 y 170 millones de años es aún hoy un misterio. Un equipo internacional de investigadores, con participación española, aportan nuevos datos para avanzar en la resolución de esta incógnita.
Científicos de la Universidad de Valencia y la Universidad de la Ciudad de Nagoya (Japón) han descubierto, en ratones, un mecanismo de regeneración neuronal después de una lesión cerebral, que existe sólo durante el periodo neonatal. El hallazgo, portada de la revista Cell Stem Cell, abre camino al desarrollo de nuevas terapias que puedan paliar las consecuencias de los eventos isquémicos en el cerebro, uno de los grandes retos de la medicina actual.
Los insectos comprenden el grupo de animales más diverso con cerca de un millón de especies descritas, unas tres cuartas partes del total de las especies que viven en la Tierra. Una de las principales hipótesis que explica esta amplia diversificación es la adquisición de la capacidad de volar gracias al desarrollo del ala mucho tiempo antes que ningún vertebrado, hace unos 350 millones de años. Un nuevo estudio demuestra ahora que las dos principales teorías sobre el origen del ala son parcialmente correctas.
Una investigación liderada por un equipo de la Universidad de Córdoba prueba que los huecos generados espontáneamente en el ADN no son equivalentes a los producidos en su reparación, como se creía hasta el momento. El estudio ha conseguido arrojar luz sobre un aspecto poco conocido de la estabilidad química de la información genética y su reparación, y abre las puertas a futuras investigaciones sobre el ADN y a sus múltiples aplicaciones, especialmente en el campo de la biología y la medicina.
Hasta ahora se pensaba que una proteína llamada EXD2 estaba localizada en el núcleo de la célula y estaba involucrada en la reparación del ADN. Un nuevo estudio demuestra que en realidad es crucial para las mitocondrias, las centrales energéticas de la célula, para producir energía. Los resultados contribuyen a la comprensión básica de las mitocondrias y sugieren que EXD2 podría ser importante para la fertilidad y representar un objetivo potencial para la terapia contra el cáncer.
En tres municipios de la provincia de Valencia han aparecido 46 huellas de tortugas que datan del Triásico superior, es decir de hace 227 millones de años. Según el estudio, liderado por investigadores de las universidades de Jaén y Valencia, se trata de uno de los registros más antiguos de estos vertebrados a escala mundial y amplía el conocimiento sobre su evolución y diversificación en relación con el medio acuático.
Los ejemplares adultos de las hormigas Lasius neglectus protegen a su comunidad de los hongos cuidando a sus crías para que no se contagien. Pero si ya se han infectado y no tienen opciones de supervivencia, sus mayores lo huelen y responden con una desinfección destructiva: aniquilan a las víctimas. Son las protagonistas de #Cienciaalobestia.