Un estudio reciente revela que los adultos que crecieron en familias grandes, especialmente aquellos nacidos en el medio, tienden a mostrar mayores niveles de honestidad, humildad y amabilidad en comparación con los descendientes únicos o los primogénitos.
Aunque la idea de que el orden de nacimiento influye en la personalidad ha sido debatida durante años, las investigaciones científicas previas no habían comparado de manera directa a los hijos únicos con aquellos criados con hermanos.
Michael C. Ashton y Kibeom Lee, científicos de las universidades canadienses de Brock y Calgary, respectivamente, han realizado un análisis más detallado, enfocándose en el impacto del orden de nacimiento y el número de hermanos en los rasgos de personalidad.
El estudio confirma la opinión generalizada de que el orden de nacimiento solo puede explicar diferencias muy pequeñas en la personalidad
Para ello, utilizaron una medición detallada de esta característica humana y analizaron datos de grandes muestras geográficamente diversas. Más de 700 000 adultos participaron en un test de personalidad que evaluaba sus principales dimensiones.
“El nuevo estudio confirma la opinión generalizada de que el orden de nacimiento solo puede explicar diferencias muy pequeñas en la personalidad de los países occidentales. Han añadido un resultado sobre las diferencias en honradez/humildad, un rasgo menos estudiado que los demás rasgos del trabajo”, apunta al SMC España Ruben Arslan, investigador de la Universidad de Leipzig (Alemania).
Los resultados indican que los participantes nacidos en el medio mostraban los niveles más altos de cooperación, representados por la honestidad-humildad y la amabilidad. Les seguían en orden los adultos primogénitos, los más jóvenes y, por último, los hijos únicos.
Además, al evaluar el número de hermanos, el estudio también demostró que aquellos con más hermanos tendían a presentar un mayor grado de cooperación.
“También han estudiado la idea de que las diferencias en el tamaño de la familia/parentesco causan diferencias en la personalidad. Interpretan sus hallazgos apoyándose en esta noción y es aquí donde discuten las diferencias con estudios anteriores. Sin embargo, su estrategia de análisis no logra ajustar los muchos factores que son diferentes entre familias, aparte del número de hijos. Solo ajustan en función de la religiosidad, pero no del país de residencia o de nacimiento, de si el inglés era la lengua materna, del estatus socioeconómico, de la personalidad de los padres que deciden tener familias numerosas, etc”, argumenta Arslan.
Entre los participantes con el mismo número de hermanos, los primogénitos mostraron un promedio ligeramente más bajo en estas dimensiones, en comparación con los nacidos en el medio o los más jóvenes.
Según los autores, estos hallazgos sugieren que crecer en un entorno con varios hermanos puede fomentar el desarrollo de este tipo de personalidad más cooperativa.
“Su conclusión de que los hijos de familias numerosas tienden a ser más honestos y agradables podría deberse al entorno familiar, como ellos deducen. O podría explicarse mejor por una tercera variable. Por ejemplo, podría simplemente reflejar una mayor cooperatividad de alguna región geográfica en un momento determinado, si esta región tuviera una mayor fertilidad. Esto podría explicar las diferencias con estudios anteriores, que por lo general se realizaron en un solo país”, concluye Arslan.
Referencia:
Michael C. Ashton and Kibeom Lee. “Personality differences between birth order categories and across sibship sizes”. Proceedings of the National Academy of Sciences