Para saber cómo será el futuro es imprescindible conocer el pasado. Esta máxima, que se aplica generalmente a la Historia, se cumple también en otros campos de la ciencia. Saber el comportamiento del clima se hace imprescindible para comprender mejor la evolución a medio y largo plazo, pero ¿cómo saber de manera fiable cómo era el clima hace cientos de años?
Saber con precisión el volumen de un árbol sin necesidad de cortalo. Ésta es, a grandes rasgos, la principal característica de la novedosa metodología ideada por técnicos del Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), con sede en Soria, que ha sido presentada en un congreso internacional sobre bosques celebrado en Praga. El sistema, desarrollado por el centro en colaboración con la sociedad cooperativa Agresta, construye modelos de perfil a partir de datos procecentes de árboles en pie.
Los árboles del oeste de EE UU se mueren el doble de rápido