Aunque no pudo caminar sobre el suelo lunar, Collins fue una parte fundamental para culminar uno de los mayores logros de la humanidad. El que pilotase la nave Apolo 11 ha fallecido este miércoles a los 90 años.
Este 21 de julio los lectores de cierta edad recordarán dónde estaban y qué hacían cuando, medio siglo atrás, Neil Armstrong estampó su pisada en la polvorienta superficie selenita; y una pequeña pero ruidosa minoría insistirá en que nos tomaron el pelo. Que este negacionismo mantenga su tirón pese a las refutaciones hace pensar en la raíz del problema: la desconfianza en los expertos y las instituciones.
En los años 60 entró a trabajar como ‘Luisito’ en las instalaciones de la NASA en España para seguir los vuelos tripulados del programa Apolo, y en los 90 se jubiló siendo Don Luis Ruiz de Gopegui, máximo responsable de las actividades de la agencia espacial en nuestro país. En el 50 aniversario de la llegada del primer ser humano a la Luna, Gopegui rememora cómo vivió aquella jornada histórica en la estación de Fresnedillas.
A su regreso, los astronautas del Apolo 11 trajeron consigo muestras lunares que ayudaron a entender mejor cómo se formó nuestro planeta. La revista Science reivindica la importancia de esas rocas en un especial sobre el cincuenta aniversario del alunizaje en el que también se destaca el papel de China en el futuro de la exploración espacial.
La exploración espacial se ha animado en los últimos años. Crear una ‘estación de servicio’ lunar, explotar recursos extraterrestres o volver a pisar la Luna –y que lo haga una mujer– están entre los planes de algunos países. La política ya no entiende las misiones como un simple escaparate. Llegar ya no es el fin, sino el principio.
Es uno de los españoles que participaron en el programa Apolo desde la estación madrileña de Fresnedillas de la Oliva. Este ingeniero de operaciones no solo vivió de cerca la llegada de los primeros humanos a la Luna, sino que lo supo contar: documentó con todo detalle las luces de la aventura espacial y las sombras de algunos de sus compañeros.
Que la llegada a la Luna es un hito histórico no hay quien lo discuta. ¿Pero cómo ha influido en la cultura popular? Un repaso nos revela las numerosas huellas que dejó, desde la música al cine, pasando por el baile, el arte, la filatelia y la numismática.
En el verano de 1969, Pedro Duque tenía seis años. Aunque sus recuerdos son un poco vagos, el primer y único astronauta español sabía en ese momento que la llegada del ser humano a la Luna marcaría la historia. Cincuenta años después, Duque, que en total ha pasado 19 días en el espacio en dos viajes, admite que ningún otro acontecimiento espacial ha superado la expectación vivida aquel 20 de julio de 1969.
La llegada de Armstrong y Aldrin a la Luna, el accidente del Apollo XIII y los avatares de los trasbordadores espaciales son algunas de las misiones de la NASA en las que participó Carlos Gonzalez desde España. En concreto, desde las estaciones madrileñas de Fresnedillas de la Oliva y Robledo de Chavela, donde gestionaba las comunicaciones entre Houston y los astronautas.