Más del 70% de los miembros de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU) no cumple las condiciones para solicitar la tarjeta de residencia permanente o desconocen el proceso para solicitarla en ese país. Sin embargo, esta asociación espera que la salida la salida de la UE se haga por la vía suave y se alcance el mejor acuerdo posible en ciencia e innovación, según las conclusiones de una jornada celebrada en la sede de la Fundación Ramón Areces, en Madrid.
Un equipo de científicos, entre los que se encuentra un investigador español, ha descubierto las primeras evidencias de cómo el antiguo Reino Unido se separó de Europa: el ‘brexit 1.0’. Este hecho ocurrió en dos etapas de inundaciones catastróficas, según un artículo liderado por el Imperial College de Londres. Si no hubiera sido por esos acontecimientos, Reino Unido estaría todavía físicamente unido al continente sobresaliendo hacia el mar de manera similar a Dinamarca.
El Congreso Bienal de la Real Sociedad Matemática acoge esta semana en Zaragoza a importantes figuras en la investigación matemática, como Martin Hairer (Ginebra, 1975), un experto mundial en ecuaciones diferenciales parciales estocásticas. Hablamos con él sobre los nefastos efectos del Brexit en la investigación británica y sobre las consecuencias de tener un mal profesor de matemáticas.
El primer puesto no deja lugar a dudas: el descubrimiento del año es la detección de ondas gravitacionales por el observatorio LIGO. En su ranking de 2016, la revista Science también incluye el hallazgo de Próxima b, un planeta del tamaño de la Tierra que orbita en la estrella más cercana al Sol, liderado por el astrónomo español Guillem Anglada-Escudé.
El referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea ha tenido como resultado que el país saldrá de la Unión, aunque con un porcentaje de votos muy ajustado. El 51,9% de los votantes se ha mostrado a favor frente al 48,1% en contra. La consulta ha confirmado los riesgos de las decisiones populistas: ha dividido a la ciudadanía británica, la gente ha respondido de forma simple a un problema complejo y se pone en grave riesgo su economía, así como la estabilidad y el futuro de la Unión Europea.
Los peores pronósticos se han hecho realidad. Hoy Reino Unido ha despertado con la palabra que miles de científicos llevaban meses temiendo: brexit. ¿Qué consecuencias tendrá para la investigación europea y británica esta decisión? La ciencia no entiende de fronteras y los resultados del referéndum podrían haber empezado a trazarlas.
Nueve de cada diez investigadores británicos se oponen a la salida de su país de la UE. “Sería una puñalada para la ciencia”, dice Jo Johnson, ministro de Ciencia y Universidades, ya que casi un tercio del personal investigador de Reino Unido procede de países del entorno comunitario. Las autoridades científicas han pedido a sus políticos que digan no al brexit, ya que el retorno que recibe el país, tanto en financiación como en atracción de talento, se vería gravemente dañado.