Los fragmentos de Teodomiro de Iria Flavia, cuya existencia fue cuestionada hasta la segunda mitad del siglo XX, han sido verificados por un equipo internacional usando tecnologías avanzadas como el carbono 14. Este hallazgo resuelve la controversia científica, aunque no pone fin al debate religioso o político.
El estudio de la Universidad Complutense de Madrid revela que una tercera parte de los productos etiquetados como gambas y langostinos no se corresponde con la especie indicada. La investigación, que analizó el ADN de diversas muestras, destaca la prevalencia de este problema en productos congelados.
Investigadores de IrsiCaixa y el Centro de Regulación Genómica (CRG) han identificado en un modelo de ratón con síndrome de Down una desregulación de fragmentos móviles de ADN, y han demostrado que esta se podría revertir con un antirretroviral: la lamivudina.
Un estudio internacional ha hallado la forma de ensamblar genomas de especies extinguidas a partir de estas estructuras compuestas por proteínas y ADN. Han sido descubiertas en la piel de un mamífero que murió hace 52.000 años y abren nuevas posibilidades para la biología y la paleogenética.
Un estudio internacional con participación del CSIC ha demostrado que reemplazar un solo átomo en posiciones estratégicas de la secuencia genética puede revertir su dirección de rotación. Según los autores, el hallazgo podría convertirse en una importante diana terapéutica al desempeñar un papel importante en diversos procesos biológicos.
Al introducir un átomo de flúor en ciertas posiciones clave de la cadena de azúcares del ADN comprobaron, mediante el empleo de Resonancia Magnética Nuclear (RMN) y técnicas computacionales, que se induce la formación del Z-ADN, la secuencia con el giro invertido, en condiciones enteramente fisiológicas.
Insertar, invertir o eliminar secuencias largas de ADN en posiciones específicas del genoma de bacterias es posible gracias a una nueva herramienta que utiliza los llamados ‘puentes de ARN’. Esta estrategia ofrece un corta-pega más eficiente, en comparación con los métodos actuales. Sin embargo, aún no se ha demostrado que el sistema funcione en células humanas.
Un estudio sobre miles de tumores mamarios ha descubierto que las secuencias genéticas hereditarias son potentes predictores de la enfermedad y de su mortalidad. La nueva información podría ayudar a abordar la dolencia en etapas tempranas.
Lo han logrado en seis especies de primates que revelan una enorme variación en el cromosoma Y, además de nuevos conocimientos sobre la evolución humana, enfermedades o la genética para la conservación de simios en peligro de extinción.
Los autores del estudio, entre los que figuran varios investigadores de la Universidad de Sevilla, han utilizado 1.800 millones de letras de código genético de más de 9.500 especies que cubren casi 8.000 géneros conocidos de plantas con flores.