Al contrario de lo que pueda parecer, el cabello fino se rompe con menos facilidad que el grueso, según una investigación de la Universidad de California. Sus resultados muestran que la diferencia se debe a su mecanismo de rotura.
Casi la mitad de los hombres y hasta el 10% de las mujeres sufre alopecia androgenética a lo largo de su vida. Aunque los remedios con evidencia científica se han multiplicado en los últimos años, los timos campan a sus anchas: carboxiterapia, ozonoterapia, bótox capilar, champús crecepelo o masajes revitalizadores del cabello solo sirven para tirar el dinero.
Un equipo científico ha descubierto la bacteria Thiolava veneris en el volcán submarino Tagoro, que se creó a raíz de la erupción volcánica en la isla canaria de El Hierro, entre finales de 2011 e inicios de 2012. Esta comunidad bacteriana, encontrada a 130 metros de profundidad, forma un extenso tapiz microbiano de filamentos, llamados cabello de Venus, cerca de la cima del Tagoro.
Karl Ludwing Nessler realizó en su salón londinense la primera demostración de la permanente el 8 de octubre de 1906. / WEARBEARD
No es una calvicie cualquiera: es la segunda forma más común de pérdida de cabello. La alopecia areata, como se denomina esta enfermedad autoinmune, provoca que hombres, mujeres y niños sufran repentinamente pérdidas capilares parciales e incluso totales. Aunque no produce otras alteraciones físicas, psicológicamente puede ser asoladora, hasta el punto que algunas personas prefieren no vivir a hacerlo sin pelo. Su única esperanza es la de una cura que aún no llega.
Un estudio liderado por la Universidad de Stanford (EE UU) ha identificado la variación genética que genera el pelo rubio en los seres humanos. Una mutación en un único gen, esencial en el desarrollo de muchos tipos de células, es la responsable del cabello claro típico de los europeos del norte de Europa, pero no produce alteraciones en otras partes del cuerpo.
Ensayo de diferentes tratamientos de alisado sobre muestras de cabello. Imagen: L'Oréal.
Muestras de cabello son introducidas en una máquina de champú. Imagen: L'Oréal.
Muestra de cabello teñido sometida a un tratamiento intensivo de luz. Imagen: L'Oréal.
Físicos, químicos, ópticos, expertos en ciencia de los materiales, metrólogos, estadísticos y matemáticos trabajan en el recién inaugurado centro de investigación de L’Oréal en Saint Ouen (París). De una plantilla de 500 personas, 400 son científicos; el resto, peluqueros y estilistas.Todos ellos trabajan para desentrañar los misterios del cabello, una de las estructuras más complejas del cuerpo humano, y diseñar productos que se adapten a la gran diversidad de tipos de cabello del mundo y a las diferencias en su cuidado.