Investigadores del instituto QuTech (Países Bajos) han conseguido por primera vez transferir bits cuánticos en una red desde un nodo a otro sin que tengan conexión directa. Se utiliza un tercero para facilitar su entrelazamiento. Según los autores, este avance supone un paso importante hacia la futura internet cuántica.
Hasta ahora se pensaba que los materiales topológicos, con importantes propiedades electrónicas definidas por su propia estructura cristalina, eran raros y exóticos, pero investigadores del centro DIPC y la Universidad de Princeton han descubierto que más de la mitad de los materiales 3D conocidos son topológicos y que casi el 90 % albergan estados topológicos latentes. Estos podrían tener aplicaciones extraordinarias, incluida la computación cuántica.
Seguro que fallaría con cualquier premonición que hiciese, pero lo que tendrá éxito será aquello que consiga traspasar las barreras de lo puramente tecnológico e implique cierto avance humano, sociológico y/o económico.
El Gobierno de España ha impulsado la creación de un ecosistema de computación cuántica en el país, denominado Quantum Spain, con una inversión inicial de 22 millones de euros para este año. En el proyecto participan 25 centros de 14 comunidades autónomas coordinados desde el centro BSC-CNS en Barcelona, donde está previsto que opere un primer chip de dos cúbits a finales de 2022.
Una de las infraestructuras de comunicaciones cuánticas más importante de Europa ha desplegado su primera fase, con 16 dispositivos operativos y otros 6 en marcha para este año. En esta red se investigarán algoritmos cuánticos que aumentará la seguridad en campos como las telecomunicaciones, la atención médica, el suministro de electricidad o los servicios públicos.
El hecho de medir un sistema cuántico suele forzarlo hacia un estado clásico, pero científicos de la Universidad de Sevilla y otros centros europeos han logrado tomar instantáneas durante una millonésima de segundo para ‘filmar’ este proceso sin destruir la información cuántica. El avance, que podría ayudar a corregir errores en los ordenadores cuánticos, figura entre los diez mejores de 2020 según la revista Physics World.
Investigadores del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón y dos universidades han creado una molécula magnética capaz de realizar un sencillo algoritmo cuántico, un código que protege al cúbit o bit cuántico del ruido. El avance se ha logrado en el marco de un proyecto europeo para fabricar un procesador cuántico basado en este tipo de moléculas.
Dos equipos científicos de Australia y Países Bajos han construido plataformas de computación cuántica a temperaturas hasta 15 veces superiores a las que operan las actuales de Google o IBM. Por primera vez han logrado controlar bits cuánticos en silicio por encima de un kelvin, lo que supone un gran avance en el desarrollo de procesadores más grandes y potentes.
El Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ciencias Básicas ha recaído este año en el físico Charles Bennett, el informático Gilles Brassard y el matemático Peter Shor. Los dos primeros inventaron la criptógrafía cuántica hace cuatro décadas, y diez años más tarde Shor presentó el algoritmo que lleva su nombre, unos avances fundamentales hacía la futura computación cuántica.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han desarrollado un nuevo protocolo que clasifica y ordena datos cuánticos según el estado en que fueron preparados. Este procedimiento, que ofrece mayor eficiencia que el algoritmo clásico equivalente, supone un nuevo paso hacia el aprendizaje automático en redes de información cuántica.