El Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (IATS) colabora en una investigación internacional que describe dos nuevas especies de este peculiar organismo en Asia.
Los pasados días 15 y 16 de agosto se produjo un nuevo episodio de mortalidad masiva de peces y crustáceos en el Mar Menor. Mientras los ecologistas confirman que la muerte de estos animales podría continuar durante los próximos días, un equipo del Instituto Español de Oceanografía analiza ya las evidencias científicas disponibles para entender las causas, así como su origen, fruto de un déficit de oxígeno del agua y el sedimento.
Científicos del CSIC revelan que el Golfo de Cádiz es especialmente vulnerable a las especies invasoras procedentes del Mar Mediterráneo y de la costa oeste africana, en este último caso acentuadas por la crisis climática.
Estos pequeños crustáceos, parecidos a langostas, tienen caparazones diminutos y pueden encontrarse en casi todos los océanos. Su estudio ayuda a comprender cómo se produce la diversificación de especies marinas.
Investigadores de la Universidad de Sevilla han creado membranas de quitosano, un compuesto obtenido de las cáscaras de los crustáceos, para aplicarlas en una técnica de extracción de compuestos denominada electromembrana. De esta forma se pueden detectar niveles muy bajos de medicamentos, como la amoxicilina o el ibuprofeno, en muestras de orina humana y agua.
Algunos productos químicos de uso humano, como fungicidas o antidepresivos, acaban en los ríos. Estas sustancias tóxicas, en bajas concentraciones, pueden llegar a cambiar la forma en que algunas criaturas acuáticas nadan y se alimentan. Esta es la principal conclusión a la que han llegado investigadores de la Universidad de Barcelona y Portsmouth (Reino Unido) en un estudio sobre la evaluación de los riesgos de estos compuestos en los ecosistemas acuáticos.
Un equipo científico ha descubierto las primeras evidencias de cuidado parental en los crustáceos del orden Tanaidacea hace más de 105 millones de años. Este nuevo hallazgo se basa en el análisis de tres pequeños crustáceos de especies distintas del Cretácico que se han preservado en piezas de ámbar de los yacimientos de Peñacerrada en Álava y La Buzinie en Francia, referentes europeos en el estudio del registro fósil del ámbar con bioinclusiones del Mesozoico.
Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha descubierto nueve especies de crustáceos del superorden Anostraca en charcas estacionales de los campos del interior peninsular. Estos crustáceos llevan en la Tierra desde el Jurásico, por lo que se los considera fósiles vivientes. Los anostráceos son bioindicadores y su presencia supone una referencia importante a la hora de evaluar la calidad del las aguas.
Investigadores de la Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA), han analizado la dieta de dos tipos de caprélidos, organismos marinos diminutos que sirven de alimento para peces. Los expertos han comprobado que son capaces de reutilizar las heces de otras especies, lo que los convierte en una opción sostenible y económica para las industrias acuícolas.
Los peces carachama de Ecuador se enfrentan a un crustáceo parásito que puede llegar a representar más del 15% de su cuerpo habitando en su cavidad abodominal. En algunos casos, el alien termina con los peces castrándolos o matándolos de hambre. Un estudio español describe cómo actúa el parásito que fue descubierto en 1866 en Argentina, y que se observa ahora por primera vez en Ecuador en estos peces del Amazonas.