Investigadores españoles utilizan el Sincrotrón ALBA para estudiar si los compuestos antitumorales logran frenar el transporte del coronavirus en el interior de las células. Si se confirmara esta acción, podría empezar a utilizarse de forma inmediata en el tratamiento de la COVID-19.
Algunos participantes han abandonado la competición, como la hidroxicloroquina y el lopinavir/ritonavir. Unos pocos van a la cabeza en evidencias, como la dexametasona y el remdesivir, aunque no exentos de polémica. Repasamos cómo va esta maratón por lograr un tratamiento frente a los efectos del SARS-CoV-2.
La farmacéutica Gilead ha anunciado que el precio de su antiviral usado con modestos resultados para tratar la COVID-19 será de 2.083 euros por paciente, cuando el coste mínimo de producción es de 0,83 euros por dosis. El precio de los medicamentos debería ir relacionado con lo que cuesta desarrollarlos y producirlos, más un beneficio justo y razonable, sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo público que se ha invertido en toda la cadena de I+D.
Esta doctora en Bioquímica desarrolla modelos de roedor genéticamente modificados para probar tratamientos y vacunas contra el SARS-CoV-2. A estos animales se les introducirá, mediante tecnología CRISPR, el gen humano que produce la puerta de entrada para el virus. Su proyecto ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III.
Un cribado computacional realizado por investigadores de la Universidad Rovira i Virgili entre más de 6.000 fármacos ha dado con siete que pueden inhibir la proteasa principal del coronavirus, esencial para su replicación. Dos antiinflamatorios de uso humano y veterinario, el celecoxib y el carprofen, ya se han probado in vitro como punto de partida para diseñar derivados más eficaces contra la COVID-19.
Un proyecto del CSIC estudia los microtúbulos, una estructura intracelular que podría ayudar a impedir el transporte del virus y a prevenir la hiperactivación del sistema inmunológico que desencadena la ‘tormenta de citoquinas’ durante el agravamiento de la Covid-19.
La angiotensina-(1-7) es un péptido clave en funciones como la regulación de la presión arterial y la respuesta inflamatoria, pero se genera menos cuando el coronavirus entra en las células. Farmacólogos de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Manchester proponen usar compuestos parecidos a este para reducir el daño pulmonar grave asociado a la COVID-19.
Un ensayo clínico ha confirmado la seguridad de la terapia inmunológica en pacientes infectados por VIH y con cáncer avanzado. El 50 % de los pacientes obtuvieron beneficio clínico con el tratamiento y ninguno presentó toxicidades graves. Hasta ahora, las personas con el virus eran excluidas de estas nuevas inmunoterapias porque se consideraba que podría no ser adecuada para ellos.
Un equipo internacional de científicos, con participación del CSIC, ha presentado el interactoma humano: el mapa global de las comunicaciones entre las proteínas humanas. El avance ayudará a comprender los procesos que ocurren en las células, diseñar fármacos y entender el desarrollo de enfermedades como la COVID-19.
Los proyectos, seleccionados y aprobados para su financiación por el Instituto de Salud Carlos III, evaluarán tratamientos antivirales, test diagnósticos con nanotecnología, reposicionamiento de fármacos utilizados en otras indicaciones y prevención farmacológica en personas sin infección por coronavirus.