Los loros tropicales del continente americano está en declive por el impacto de la actividad humana, según un estudio científico publicado en la revista Biological Conservation por un equipo internacional en el que participa Juan Carlos Guix, de la Universidad de Barcelona.
Desde 2016, el panda gigante no se considera en peligro de extinción, sino vulnerable, gracias al ligero aumento de sus poblaciones adultas. Sin embargo, un estudio revela que su hábitat está en peores condiciones que cuando la especie fue clasificada “en peligro” en 1988. Ya no quedan más que 30 grupos de pandas aislados en seis cordilleras de China.
Hace unos años este pequeño mamífero parecía ser uno de los animales más amenazados por el cambio climático, debido a un comportamiento sedentario que le impide cambiar de hábitat. Sin embargo, científicos norteamericanos revelan que las elevadas temperaturas de los últimos años han provocado que el protagonista del #Cienciaalobestia se desplace hacia nuevos entornos en busca de alimento y refugio para sobrevivir.
El aumento de temperaturas modificará drásticamente el ambiente y la biodiversidad del continente antártico. Según un nuevo estudio, el deshielo expandirá para finales de siglo hasta un 25% el territorio habitable de la flora y fauna autóctonas, al mismo tiempo que permitirá la entrada de especies invasoras. Pero los científicos desconocen aún si los efectos del cambio climático beneficiarán o amenazarán a los seres vivos de la Antártida.
En el 58,1% de la superficie de la Tierra, la pérdida de biodiversidad ha alcanzado unos niveles tan altos que será necesaria la intervención humana para que los ecosistemas puedan seguir cumpliendo su función. Según un nuevo estudio, la biodiversidad mundial se habría reducido un 15,4%, estando el límite seguro en el 10%. El equipo de científicos achaca el impacto a las presiones generadas por el uso del suelo y la agricultura.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han estudiado distintos escenarios climáticos en los ríos de la cuenca del Duero para determinar la viabilidad de las poblaciones de truchas ibéricas. Según sus resultados, el calentamiento global llevará a una reducción de hasta el 56% del hábitat térmico de la trucha en el río Cega y un 11% en el Pirón, en el peor de los escenarios.
El jaguar sobrevive en poblaciones de tamaños muy variables, pero son las comunidades pequeñas y aisladas las que se encuentran más gravemente amenazadas. La Estación Biológica de Doñana ha liderado el estudio genético más extenso sobre esta especie para ayudar a su conservación.
Un equipo científico de la Universidad de Barcelona y del Consejo superior de investigaciones científicas ha descubierto en el cañón de La Fonera –conocido también como el cañón de Palamós en la costa de Girona (Cataluña)– unas ricas comunidades de corales profundos, un ecosistema marino muy vulnerable a la actividad humana.
Las poblaciones de aves o de mariposas que viven en hábitats abiertos se han visto perjudicadas por la pérdida sucesiva de prados o matorrales. En cambio, las que viven en áreas boscosas se han visto favorecidas. Estas variaciones se han relacionado con los cambios de paisaje que ha sufrido Cataluña y el conjunto del mediterráneo en las últimas décadas, según un nuevo estudio.