La mitad de la población mundial alberga esta bacteria, que, en los casos más extremos, puede producir cáncer de estómago. Es la infección bacteriana más común y se transmite por contagio. El tratamiento antibiótico la elimina con una eficacia del 90 %, aunque la resistencia está aumentando.
Las autoridades de salud pública estadounidenses han confirmado el primer caso severo de infección por el virus H5N1. El paciente es un hombre de más de 65 años con problemas de salud previos y residente en Luisiana. Habría contraído la infección al entrar en contacto con aves enfermas o muertas en un gallinero y se encuentra en estado crítico.
Muchas enfermedades infecciosas se transmiten a través de insectos vectores que, mediante su picadura, transmiten la enfermedad a diferentes hospedadores. Saber cómo esos insectos eligen a los hospedadores puede ayudar a determinar cómo se extienden las enfermedades que transmiten a los animales silvestres.
La exploración de nuevos hábitats puede propiciar fármacos antivirales con menos probabilidades de generar resistencias. La clave está en obtener moléculas que no maten a las bacterias ni impidan su crecimiento, sino que solo reduzcan su capacidad de causar enfermedades.
Investigadores del CSIC forman parte de un proyecto internacional que ha detectado 14 nuevos casos de animales infectados con el virus HPAI, lo que sugiere la propagación del patógeno en el norte de la península antártica.
Una de las tácticas de estos microorganismos infecciosos consiste en recubrir sus membranas celulares con una biopelícula densa y pegajosa que actúa como escudo para evitar que entren estos fármacos y los eliminen. Investigadores daneses han encontrado ahora una forma de acabar con esta estrategia.
Esta nueva investigación, liderada por el CSIC, se centra en el impacto de la infección junto al cambio climático en viñedos y zonas europeas protegidas con denominación de origen. Para ello, han evaluado los diferentes escenarios en los que se desarrolla la epidemia global de ‘Xylella fastidiosa’, que transmiten unos insectos conocidos como chicharras.
Un equipo del CSIC consigue por primera vez tratar la quitidriomicosis, afección que diezma las poblaciones de anfibios, sin necesidad de retirar los animales del agua. Los investigadores aplicaron un fungicida agrario en el agua donde se reproducen los anfibios sin observar trazas del producto ni efectos significativos en la química y biología del agua
Este compuesto, creado por un equipo liderado por el CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia, es capaz de inhibir la tormenta de citoquinas asociada a la inflamación grave conservando la inmunidad innata. Se ha denominado AG5 y no muestra toxicidad en modelos animales validados.
La spin-off RemAb Therapeutics del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge ha recibido la autorización de la Agencia Española del Medicamento para iniciar los ensayos clínicos con un fármaco de nueva generación. El medicamento permite suprimir por primera vez anticuerpos concretos dentro del cuerpo humano.