Un nuevo estudio de la Universidad de Florida (EE UU) ha demostrado que los mamíferos cambian sus hábitos alimenticios en función de cambios medioambientales producidos por el clima, lo que contradice la hipótesis común de que las especies mantienen sus nichos alimenticios a pesar del calentamiento global.
Larisa DeSantis, paleontóloga del Museo de Historia Natural de Florida, demuestra cómo sacó las muestras de esmalte de los dientes fosilizados de llama (Hemiauchenia macrocephala), para poder determinar el nicho alimenticio del animal.
Los restos fósiles de roedores e insectívoros del yacimiento de la cueva de El Mirón (Cantabria) han permitido determinar las condiciones climáticas de este territorio desde el Pleistoceno final hasta la actualidad. En total, los investigadores han delimitado siete cambios climáticos: unas veces ha dominado el frío glacial y otras, el calor.
La Península Ibérica es una de las regiones europeas más ricas en biodiversidad animal. En este contexto, investigadores españoles han determinado que la variación en la diversidad de vertebrados terrestres de España está influenciada sobre todo por el clima. Además de la diversidad del hábitat, el estudio concluye que, cuando todos los factores son considerados, en el norte (Pirineos) y el sur (Estrecho de Gibraltar) se incrementa esta riqueza, y es relativamente menor en el centro de la península.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha presentado en el inicio del IV Congreso Mundial de la Naturaleza, que se celebra en Barcelona del 5 al 14 de octubre, un nuevo estudio sobre la evaluación completa de los mamíferos del planeta. Según la Lista Roja de Especies amenazadas de la UICN, uno de cada cuatro corre el riesgo de desaparición total. En España, el más amenazado es el lince ibérico.
Un trabajo coordinado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) muestra cómo la historia geológica de Sudamérica y los cambios climáticos han sido decisivos en la evolución de sus especies
Al igual que los seres humanos, los animales acuden a ciertos lugares en momentos adecuados, en su caso para evitar a los depredadores o disponer de alimento. Por primera vez, investigadores de la Universidad de Groningen han sido capaces de constatar que los mamíferos utilizan el reloj biológico en el aprendizaje espacio-temporal, una asociación que hasta ahora seguía siendo un misterio.