Un equipo internacional de investigadores demuestra en Science que la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años permitió que los mamíferos se hicieran más grandes (unas 1.000 veces más de lo que eran). Es el primer estudio en demostrar el nuevo patrón de aumento del tamaño corporal de los mamíferos tras la desaparición de los dinosaurios.
Un equipo internacional de científicos ha descubierto en la cuenca del Rift Rukwa, al suroeste de Tanzania, los fósiles de un antiguo cocodrilo (Pakasuchus kapilimai) que tenía dientes similares a los de los mamíferos. El estudio, que publica esta semana la revista Nature, sugiere que estas criaturas eran abundantes en lo que es hoy la África subsahariana durante el Cretácico medio (hace entre 80 y 110 millones de años).
Un equipo internacional liderado por investigadores del CREAF y del CSIC ha analizado 493 especies de mamíferos para confirmar que los animales con cerebros más grandes son más longevos. El nuevo estudio confirma las ventajas adaptativas de poseer un cerebro grande.
La comunidad científica sabía que muchos carnívoros consumen frutos, pero pensaba que era algo anecdótico. Ahora investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) revelan que carnívoros como los zorros y las martas desempeñan un papel importante en la reproducción y dispersión de las plantas con frutos.
Los mamíferos carnívoros como el zorro (Vulpes vulpes) también consumen semillas.
Los cambios climáticos desempeñaron un papel importante en la desaparición masiva de los mamíferos hace 50.000 años. Así lo demuestra un equipo internacional de científicos en el último número de Evolution. El estudio, liderado por españoles, aporta un enfoque más global sobre la utilización de modelos de datos sobre “huellas climáticas” continentales, y confirma que la extinción fdiferente en función del impacto del cambio climático en cada región.
El aprendizaje en pájaros y en mamíferos tiene los mismos circuitos cerebrales subyacentes. En la imagen, un pájaro cantor.
Investigadores británicos han realizado pruebas en 51 especies de mamíferos y han comparado la relación entre la agilidad y la visión de algunas de ellas. Los resultados del estudio, que se publica en Journal of Anatomy, demuestran que la posición de los ojos repercute en la velocidad y agilidad de los animales.
Resonancia magnética de un gato (Tarsius bancanus).