En los últimos años el surf de remo ha ganado popularidad en las costas españolas, una oportunidad que los promotores de Surfing for Science han aprovechado para que los ciudadanos participen en la recogida de polímeros que contaminan los mares, un proyecto que combina naturaleza, ciencia y deporte.
Un estudio con participación española ha permitido encontrar trazas de materiales plásticos en las heces de pingüinos antárticos de tres diferentes especies: Adelia, barbijo y papúa. El equipo ha hallado en las muestras poliéster y polietileno, entre otras partículas de origen humano, como las fibras de celulosa.
Un nuevo estudio proporciona el primer diagnóstico global del origen y composición de la basura vertida en el océano. La colaboración entre instituciones y ONGs de 10 países ha permitido identificar los productos con mayor presencia en los grandes ecosistemas acuáticos. El plástico supone el 80 % de los objetos encontrados.
Un grupo de científicos de Gran Canaria ha fotografiado por primera vez medusas ingiriendo plásticos en el Atlántico Norte. El 97 % de los organismos analizados, que constituyen sobre todo presas para otros animales, confirmó la presencia de microplásticos, lo que demuestra la entrada de estos contaminantes en la cadena trófica marina.
Un estudio internacional, liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona, alerta de que la actividad turística genera el 80 % de los desperdicios marinos que se acumulan en las playas de las islas mediterráneas durante los meses de verano. Para los investigadores, la pandemia puede ser una oportunidad para replantear el modelo de turismo sostenible.
Investigadores de las universidades Autónoma de Madrid y Alcalá han comprobado en el laboratorio que la claritromicina y la azitromicina, dos antibióticos muy utilizados, se pueden adherir a los microplásticos y luego liberarse en medios acuáticos, afectando a microorganismos fotosintéticos.
Científicos españoles, liderados desde la Universidad Autónoma de Madrid, han descrito por primera vez la presencia de microplásticos en el agua dulce de un área protegida de la Antártida. Los resultados confirman la presencia de fragmentos contaminantes de poliéster, acrílico y teflón, con tamaños menores a cinco milímetros y distintas formas y colores.
Un equipo de científicos del proyecto Diverfarming ha encontrado microplásticos en el 92 % de las heces de ovejas analizadas en un nuevo estudio. El ganado había sido alimentado en zonas de agricultura intensiva de la Región de Murcia.
La basuraleza es un problema global: cada día toneladas de residuos derivados de actividades industriales, agrícolas o domésticas acaban en la naturaleza causando, no solo un daño estético, sino una amenaza para la supervivencia de los ecosistemas. En el caso de los microplásticos, el problema tiene solución gracias a la puesta en marcha de acciones para detectarlos en sistemas acuáticos continentales.
Un nuevo informe de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza revela que el equivalente a más de 500 contenedores de transporte al día, unas 229.000 toneladas de plástico, se vierten al mar Mediterráneo al año. Si no se toman medidas significativas para abordar la mala gestión de los residuos, esta cifra será por lo menos el doble en 2040.