La evolución la cara humana está estrechamente vinculada con la evolución del cerebro y esta relación es mucho más compleja de lo que se pensaba hasta ahora. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que ha analizado la relación entre la base del cráneo y el rostro en todo el género Homo.
Investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana han realizado un estudio tomográfico sobre el sistema vascular interno del cráneo en humanos modernos y neandertales. El nuevo procedimiento permite analizar los canales vasculares formados por las venas diplóicas, cuya complejidad en el cerebro es mayor en Homo sapiens que en neandertales.
Un estudio que se acaba de publicar en la revista Scientific Reports ha demostrado la existencia de contaminación prehistórica por metales pesados en el ambiente de cuevas arqueológicas peninsulares, y especula sobre las probables implicaciones negativas sobre la salud.
Un grupo de investigadores de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca –encabezados por Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos– ha analizado los fósiles de la Sima de los Huesos y propone un modelo de la evolución del cuerpo humano en cuatro grandes fases o diseños anatómico-funcionales.
Un paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana compara en dos estudios la evolución de las capacidades visual y espacial de humanos modernos y neandertales. Entre los resultados destaca el hecho de que los neandertales no ampliaron las áreas parietales dedicadas a estas funciones, como lo hicieron los humanos modernos. Además, las marcas en sus dientes denotan el uso habitual de la boca para manipular objetos con mayor frecuencia que cualquier población de Homo sapiens.
El análisis genético de la mandíbula de un humano moderno que vivió en Europa hace entre 37.000 y 42.000 años revela que entre el 6 y el 9,4% de su genoma procede de los neandertales, más que el de cualquier otro humano moderno secuenciado hasta la fecha. El hallazgo, publicado en Nature, confirma que este humano tuvo un pariente neandertal que vivió entre cuatro y seis generaciones previas, es decir unos 200 años antes.
Los neandertales eran buenos cazadores, pero esta cualidad no les libraba de ser víctimas del ataque de los grandes carnívoros. Así lo demuestra un nuevo estudio basado en la investigación forense del IPHES y que permitirá a partir de ahora que la medicina forense incorpore la identificación de las marcas que este tipo de animales dejan en los cuerpos.
En esta foto del cráneo de un humano moderno y de un neandertal frente a frente, ¿echan en falta algo? Existe una característica que los primates, neandertales y humanos arcaicos no tienen: la barbilla. Investigadores de la Universidad de Iowa (EE UU) sostienen que el mentón proviene de la evolución, no de fuerzas mecánicas como la masticación.
Los neandertales de la región francesa de Poitou-Charentes cortaron, golpearon y fracturaron los huesos de sus congéneres recién fallecidos. Así lo revelan los restos fósiles de dos adultos y un niño hallados en el yacimiento de Marillac. Estas manipulaciones se han observado en otros yacimientos neandertales, pero los científicos aún desconocen si lo hacían por razones alimentarias o ceremoniales.