Incluso cuando no estamos en compañía de otros, podemos sentirnos obligados a mantener ciertos estándares de conducta. Simplemente pensar en nuestros padres o en nuestra pareja, por ejemplo, es suficiente para recordar cómo debemos comportarnos. Éstas son las conclusiones de una tesis realizada por Janneke Joly, que se doctoró el pasado 27 de marzo en la Universidad de Groningen (Holanda).