La búsqueda de soluciones para la COVID-19 se ha convertido en el primer objetivo de decenas de grupos de investigación. Varios de ellos trabajan ya con anticuerpos de camélidos, cuya estructura, tamaño y estabilidad permitirán desarrollar tratamientos y vacunas contra la infección.
La mordedura de las serpientes venenosas puede causar la interrupción del flujo sanguíneo por coagulación y provocar daños degenerativos en órganos y tejidos para los que el antiveneno a veces llega tarde. Unos científicos han creado en ratones un tratamiento terapéutico prehospitalario, basado en compuestos químicos denominados quelantes metálicos, para proteger de los efectos del veneno.
Varios tratamientos y vacunas contra la COVID-19 en fases más avanzadas podrían tener licencias exclusivas, lo que pondría en riesgo el correcto suministro y unos precios asequibles. La pandemia vuelve a poner sobre la mesa las críticas al actual sistema de patentes.
A caballo entre Argelia, Francia y España, esta investigadora trabaja con un solo objetivo: encontrar dianas terapéuticas para los tumores. Tras ser seleccionada en el programa Ellas Investigan, realiza una instancia sobre inmunoterapia en el grupo de Melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas en Madrid.
Los proyectos, seleccionados y aprobados para su financiación por el Instituto de Salud Carlos III, evaluarán tratamientos antivirales, test diagnósticos con nanotecnología, reposicionamiento de fármacos utilizados en otras indicaciones y prevención farmacológica en personas sin infección por coronavirus.
El año 2019 ha sido decisivo en la lucha contra el VIH: el caso del paciente de Londres ha confirmado que es posible curar la infección, la profilaxis preexposición ha llegado a España y la OMS ha actualizado las guías de tratamiento. Sin embargo, en el mundo todavía hay 37,9 millones de personas con el virus y cada año se producen 1,7 millones de nuevos contagios. En 2018, en España hubo 3.244 nuevos casos.
Otro pilar fundamental en la lucha contra el sida son los tratamientos para evitar la infección. / Pixabay
Un gen mutado llamado KRAS puede ocasionar muchos de los tumores de pulmón y colon. Ahora, la firma biotecnológica estadounidense Amgen ha desarrollado el primer medicamento capaz de inhibir la actividad de este este oncogén. Ya se ha probado con éxito en ratones y en una muestra pequeña de humanos.
Investigadores del CNIC describen, por primera vez, una proteína llamada p38gamma relacionada con el estrés celular y la regulación de la división celular. Según los autores, la activación de esta proteína es esencial para el desarrollo del principal tipo de cáncer hepático, que afecta a más de un millón de personas al año en todo el mundo, para el que actualmente hay pocas opciones farmacológicas.
En algunos casos, la radioterapia y la quimioterapia no resultan efectivas porque las células madre de los tumores son muy resistentes a estas terapias y la enfermedad se disemina hacia otras regiones. El proyecto liderado por María Salazar propone un nuevo enfoque para evitar las metástasis en los tumores mamarios.