Arqueólogos de la Universidad de Granada han encontrado indicios de actividades humanas de hace 1,4 millones de años, como la talla de piedras o animales descuartizados, en el yacimiento de Barranco León, en Orce (Granada). Además, los investigadores han establecido una asociación espacial de industria lítica, bloques de caliza y restos de fauna localizados que ofrecerán nuevos datos sobre el yacimiento.
En 2012, después de realizar una voladura en una cantera de Arrasate en Guipúzcoa, los operarios se percataron de la presencia de abundantes restos óseos y decidieron paralizar la explotación. Al año siguiente, junto con investigadores de la Universidad del País Vasco, se recuperaron en el nuevo yacimiento, bautizado como Artazu VII, fósiles de al menos 40 especies, como el león de las cavernas o el bisonte estepario, del Pleistoceno Superior, un momento crítico en la historia humana.
Científicos de la compañía energética Repsol han desarrollado una tecnología que logra representaciones digitales de las rocas del subsuelo. El sistema permite crear modelos en 3D para realizar, de manera virtual, las mismas pruebas que se hacen en los laboratorios de petrofísica tradicional para conocer propiedades como la porosidad, la permeabilidad o la interacción de la roca y los fluidos que contiene. Con la nueva tecnología estas pruebas se reducen de meses a semanas.
Una investigación liderada por la Universidad del País Vasco ha demostrado que las mordeduras humanas de huesos tienen características distintivas que permiten diferenciarlas de las producidas por otros animales, y que el cocinado previo de la carne influye en la aparición de estas marcas. Este estudio aporta valiosas conclusiones para el análisis de restos de comida encontrados en yacimientos.
Una campaña arqueólogica de la Universidad Autónoma de Barcelona en el yacimiento de Gird Lashkir, en Irak, ha mostrado la evolución desde las sociedades campesinas hacia las primeras ciudades mesopotámicas. Según los investigadores, no hay una secuencia de ocupaciones similares en toda la zona. Destaca el hallazgo de un sorprendente conjunto de figuritas de arcilla cocida con forma de bóvido que podrían ser juguetes o tener un significado religioso.
Un grupo multidisciplinar de investigadores ha descrito los primeros fósiles craneales de una especie de depredador carnívoro, Eomellivora piveteaui, de hace nueve millones de años. La especie tenía el tamaño de un pastor alemán y era capaz de enfrentarse a los grandes tigres dientes de sable.
Muy cerca de uno de los mayores saurópodos de Europa, en el yacimiento de Barrihonda-El Humero (Teruel), descansaban los restos fósiles de una pequeña tortuga, la primera de su grupo hallada en España. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis la han bautizado con un nombre que significa ‘a la sombra del gigante’.
Los neandertales de la región francesa de Poitou-Charentes cortaron, golpearon y fracturaron los huesos de sus congéneres recién fallecidos. Así lo revelan los restos fósiles de dos adultos y un niño hallados en el yacimiento de Marillac. Estas manipulaciones se han observado en otros yacimientos neandertales, pero los científicos aún desconocen si lo hacían por razones alimentarias o ceremoniales.
Reconstrucción de Lo Hueco. / Óscar Sanisidro-Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha.