Un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry aporta nuevas evidencias sobre los posibles efectos de los ftalatos en el desarrollo cerebral. Se asocian también con menores medidas volumétricas en el cerebro.
Un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana del CSIC ha constatado que los murciélagos nóctulos grandes, una de las especies más amenazadas de Europa, no cambian de refugio ante el riesgo de depredación. El aumento de estas muertes podría estar relacionado con la falta de refugios alternativos debido a la pérdida de hábitat y a la falta de lugares de cría por causa de la actividad humana.
La Universidad de Córdoba participa en un estudio internacional que documenta modificaciones de huesos después de la muerte no vinculadas al consumo para alimentación. Los investigadores sugieren que los restos provenientes de la cueva de los Mármoles, en Córdoba, podrían haber sido tallados para convertirlos en herramientas, aunque también podría haber otros fines simbólicos detrás de estas transformaciones.
La puesta de huevos obliga a las gallinas a movilizar diariamente un 10 % del calcio de su esqueleto y la descalcificación de los huesos hace que tengan fracturas óseas frecuentes. Los conocimientos adquiridos en esta investigación se podrán aplicar también para reducir la incidencia de problemas óseos en humanos.
Investigadores de España y EE UU han descubierto un mecanismo que explica por qué el ADN mitocondrial no se transmite del padre a la descendencia. La clave está en que los espermatozoides carecen de este ADN y de un factor de transcripción imprescindible para que se replique.
Científicos españoles sugieren que los componentes moleculares de nuestras células cerebrales podrían haber comenzado a formarse hace unos 800 millones de años en los ancestros de animales que hoy habitan discretamente en zonas poco profundas del mar.
Científicos del instituto IPHES, la Universidad de Barcelona, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y otros centros han dado a conocer 54 restos neandertales correspondientes al menos a tres individuos: una mujer, un joven y un niño.
Un análisis de ADN mitocondrial ha revelado dos antiguos flujos de población europea hacia lo que hoy es Castilla y León: uno durante el periodo precampaniforme, entre 4240 y 3900 años a. C., y otro unos 700 u 800 años después, justo antes de desarrollarse la llamada cultura de Cogotas I.
El profesor de investigación del CSIC Pablo Vargas ha llevado a cabo durante los dos últimos años la revisión de 3.706 géneros con una sola especie de vertebrados y angiospermas para comprobar cuántos son ‘fósiles’ en peligro de extinción. El estudio se ha publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution.